Durante los últimos días de la guerra israelí contra el Líbano en 2006, Hezbolá literalmente masacró a los tanques Merkava del enemigo, considerados por los sionistas como los mejores del mundo en esa fecha.
Hezbolá tendió una emboscada a los tanques Merkava israelíes que avanzaban hacia las aldeas libanesas en Jiyam y el Valle de Huyeir, destruyendo 30 de ellos.
Esto indicó que la victoria de la Resistencia sobre el enemigo sionista era inminente y que las pérdidas infligidas al ejército israelí eran incontables.
Los soldados sionistas que estaban en los tanques objetivo de los ataques contaron a los medios israelíes los momentos difíciles que pasaron, explicando cómo Hezbolá alcanzó a la mayoría de los tanques que avanzaban y a un gran número de soldados enemigos.
Los soldados israelíes también señalaron que los combatientes de Hezbolá tendieron una emboscada a las tropas de ocupación que estaban reforzando a los tanques que avanzaban en el área de Ganduriyeh.
Los soldados sionistas ilustraron cómo los combatientes de Hezbolá abrieron fuego contra ellos desde todas las direcciones en las dos batallas en Ganduriyeh y el Valle de Huyeir.
Los testimonios antes mencionados confirmaron que el liderazgo israelí cayó en la trampa de calcular mal los aspectos del enfrentamiento con Hezbolá, que salió victorioso de la guerra.
Source: Sitio de Al Manar en Inglés