Poco después de que el presidente afgano Ashraf Ghani huyera del país a un lugar seguro, el grupo militante talibán tomó el palacio presidencial en la capital, Kabul.
A primeras horas del lunes, aparecieron imágenes en innumerables medios de comunicación que mostraban a los militantes sentados justo donde, hasta días antes, el jefe de Estado solía anunciar a los afganos sus esfuerzos para proteger al país frente a los avances de los talibanes.
Los militantes llevan casi dos semanas liderando una ofensiva excepcionalmente contundente en todo el país.
A pesar de sus negativas iniciales, incluida su renuencia a apoderarse de Kabul, pronto se hizo evidente que la campaña tenía como objetivo restablecer su control total sobre el país que perdieron temporalmente después de la invasión estadounidense de 2001.
“No hay gobierno de transición”
ABC News citó al Ministerio del Interior afgano alegando que el poder sería entregado a un “gobierno de transición”.
Los talibanes desmintieron esta posibilidad, pero insistieron en que “estaban esperando una rendición pacífica”.
“Estamos dispuestos a dialogar con todas las figuras afganas y les garantizamos la protección necesaria”, dijeron.
Talibanes: la guerra ha terminado
El grupo señaló a través de comentarios hechos por el portavoz de su oficina política, Mohammad Naeem, que la guerra había terminado en Afganistán y añadió que el tipo de gobierno y la forma del régimen se aclararían pronto.
Naeem dijo que ninguna sede diplomática había sido atacados, y aseguró que brindaría seguridad a los ciudadanos y las embajadas.
Dijo que “el grupo estaba interesado en tener paz con todos”.
Los analistas también se han preguntado una y otra vez cómo es que después de dos décadas de supuestamente entrenar al ejército afgano y de estar este mejor equipado y entrenado, no ha conseguido frenar los avances de los militantes, que conquistaron todo el país en unos diez días.
Source: Press TV