El anuncio del presidente Kais Saied de que el parlamento continuará cerrado hasta las elecciones legislativas del año próximo mantiene hoy reacciones encontradas en Túnez.
Para varios grupos opositores la prolongación de la suspensión de la Asamblea de Representantes del Pueblo (parlamento), hasta la justa del 17 de diciembre de 2022, es vista como un nuevo golpe a la incipiente democracia del país.
Saied se comprometió el lunes por la noche a continuar con las reformas del sistema político nacional, después de que en julio pasado destituyera al Gobierno, congelara el poder legislativo y se hiciera con amplios poderes ejecutivos.
Además, el exprofesor de derecho constitucional anunció una consulta popular de 11 semanas de duración para elaborar un “proyecto de reforma constitucional” y de otro tipo» antes de un referéndum el 25 de julio del año que viene.
El mandatario pasó en octubre pasado a gobernar por decreto y la liza del 17 de diciembre marcará el aniversario 12 del inicio de la Revolución que expulsó del poder al presidente Zine el Abidine Ben Ali, en 2011.
Para el exdiputado Hichem Ajbouni el discurso de Saied se redujo a: “Yo soy el Estado, yo soy el presidente, yo soy el gobierno, yo soy el parlamento, yo soy el poder judicial”
“… Y todos los que se oponen a mí tienen hambre de poder, son mentirosos, traidores, ladrones, agentes o ignorantes», añadió en su cuenta de Facebook Ajbouni”.
Nizar ben Ahmida, un profesor de 37 años, destacó la importancia de anunciar un calendario, pero aclaró que el discurso carecía de detalles sobre el empleo, la pobreza, la marginación y el enjuiciamiento de quienes cometieron crímenes.
Mientras tanto, el analista político Slaheddine Jourchi declaró que el jefe de Estado intentó sacar de sus casillas a sus rivales estableciendo un calendario.
La decisión presidencial de lanzar una consulta desde el próximo 1 de enero, y que revisará una comisión de expertos nombrada por el dignatario, fue considerada como ridícula por un exdiputado del partido islámico Ennahdha (encabezaba el parlamento).
En opinión del ex legislador Samir Dilou la idea convertiría a Túnez en objeto de burla.
El discurso de Saied refleja el estado de negación en el que vive y su negativa a escuchar a nadie, ni a sus partidarios ni a sus oponentes», declaró Dilou al diario Assabah.
Source: Prensa Latina