Las fuerzas de Sanaa llevaron a cabo un ataque a gran escala contra instalaciones vitales en Arabia Saudí durante la noche del viernes al sábado.
“En respuesta al embargo injusto, hemos realizado la tercera operación para romper el embargo”, anunció el portavoz de estas fuerzas, el general Yahia Sarii, en la noche del viernes, durante una intervención televisada.
“Se atacaron las instalaciones de Aramco en Yeddah y sitios vitales en la capital saudí, Riad, así como la refinería de Ras Tannourat y la refinería de Rabegh, utilizando una gran cantidad de drones”, dijo.
“Han sido bombardeados con un gran número de misiles balísticos objetivos vitales en las regiones de Yizan, Zahran del sur, Abha y Jamis Machit”.
Según la televisión de noticias libanesa al-Mayadin, todas las instalaciones de Aramco en Yeddah parecen haber sido destruidas por el incendio provocado por los ataques yemeníes.
Varias fuentes aseguran que más del 70% de la producción de la empresa Aramco ha sido suspendida.
Los ataques se producen en vísperas del séptimo aniversario de la ofensiva de la coalición militar encabezada por Riad en Yemen. No se causaron víctimas, según Riyadh.
Un comunicado de la coalición informó de 16 ataques en el sur y en Yeddah (oeste) contra varias infraestructuras, incluida una planta de energía, una estación de agua e instalaciones petroleras.
El ataque más impresionante tuvo lugar en Yeddah contra depósitos del gigante petrolero Aramco, provocando un gigantesco incendio.
Un funcionario del Ministerio de Energía saudí, citado por la agencia oficial SPA, advirtió este viernes de la amenaza que suponen estos ataques “para la seguridad del suministro mundial de petróleo”.
El lunes 21 de marzo, el reino saudí ya había advertido del riesgo de una caída de su producción de petróleo al día siguiente de varios ataques reivindicados por Ansarulá.
“Arabia Saudí no asumirá la responsabilidad por la escasez de suministro de petróleo en los mercados mundiales”, agregó el funcionario saudí, acusando a Irán de “continuar suministrando drones y misiles” a Ansarulá.
Los países occidentales han estado presionando desde el comienzo de la crisis de Ucrania a Arabia Saudi para aumentar su producción. Pero la monarquía del Golfo se ha mantenido sorda a estos llamamientos, fiel a sus compromisos con la alianza OPEP+, que incluye a Rusia, el segundo mayor exportador mundial de crudo.
Source: Diversas