Imran Khan cometió seis pecados capitales que EEUU no puede perdonar y que le llevó a conspirar para derrocarlo: el primer pecado es su negativa absoluta a dejar de apoyar a los talibanes afganos, provocando así la derrota de EEUU en Afganistán.
El segundo es que se puso del lado de China, se unió a su Iniciativa del Cinturón y la Ruta y firmó un tratado de cooperación económica con un valor inicial de alrededor de 62.000 millones de dólares.
El tercero proviene de su negativa a condenar a Rusia. Al comienzo de la crisis de Ucrania, viajó a Moscú, donde fue recibido calurosamente por el presidente ruso, Vladimir Putin.
El cuarto pecado se refiere a sus fortísimas relaciones estratégicas con Irán para romper el bloqueo estadounidense.
El quinto es su apoyo absoluto a la causa palestina y su negativa a participar en el proceso de normalización con el régimen israelí y en los Acuerdos de Abraham.
Y el sexto pecado es que rechazó todas las solicitudes estadounidenses para establecer bases militares en Pakistán, que comparte una frontera común con China. Se opuso a la cooperación de los servicios militares y de inteligencia de Pakistán con los estadounidenses en la lucha contra los talibanes en Afganistán. Por otro lado, ayudó a estos a alinearse con China y evitar cualquier acto terrorista en su contra”, resume Abdel Bari Atwan, director del diario Rai al Youm.
Al igual que su predecesor Trump, Biden, cuando llegó al poder, no se puso en contacto con el primer ministro pakistaní Imran Khan, y la brecha se amplió cuando los pakistaníes y los afganos celebraron de manera notable el colapso de la ocupación estadounidense y su caótica retirada de Afganistán.
Imran Khan fue muy claro cuando advirtió al pueblo de Pakistán que EEUU quería derrocar a su gobierno porque se negaba a permitirles establecer bases militares en Pakistán. La decisión fue tomada por el estado profundo estadounidense y su implementación se había vuelto urgente tras el éxito de su bloque en las recientes elecciones parlamentarias, su visita a Moscú y su incorporación a la alianza China-Rusia-Irán-Corea del Norte contra EEUU.
Sin embargo, quizás la mayor “falta” que habría cometido Imran Khan a los ojos de EEUU fue su apoyo absoluto a la causa palestina y su crítica pública a los países árabes y musulmanes que no han logrado enfrentar el proyecto sionista racista y detener la masacre del pueblo palestino.
Además, mostró modestia al negarse a instalarse en el palacio presidencial, que incluye a más de 500 sirvientes y camareros. Prefirió vivir en su propia casa y no costarle un céntimo al estado. No posee una fábrica o miles de hectáreas ni ha empleado a ninguno de sus familiares, como lo han hecho el primer ministro Nawaz Sharif y otros antes que él.
No parece que la conspiración contra Imran Khan termine ahí. EEUU podría usar a los peones que tiene en el seno del ejército e intentar un golpe de estado que llevaría a Pakistán al caos. De momento, sin embargo, los pakistaníes han logrado evitarlo.
Source: Press TV