El portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov, dijo el 9 de abril que las fuerzas armadas rusas y sus aliados habían interceptado comunicaciones por radio que confirmaban la presencia de mercenarios extranjeros en el área de Mariupol.
“Las fuerzas de la República Popular de Donetsk (RPD) y las unidades del ejército ruso continúan su operación conjunta para liberar la ciudad de Mariupol. El tráfico de radio de los neo-nazis del Batallón Azov y las tropas regulares ucranianas confirma la presencia de muchos mercenarios extranjeros en la zona ocupada”, dijo TASS citando a Igor Konashenkov.
Dijo que “aparte del ucraniano y el ruso, los combatientes atrincherados en la ciudad (utilizan) otros seis idiomas, principalmente europeos.
“No son defensores de los llamados valores europeos, sino mercenarios extranjeros que vinieron aquí a matar eslavos por unos pocos dólares estadounidenses, mientras se esconden detrás de un escudo humano formado por poblaciones civiles”, continuó Igor Konashenkov.
También afirmó que el resultado de la Batalla de Mariupol estaba fuera de toda duda. “La ciudad inevitablemente será liberada por tropas de la RPD y unidades del ejército ruso”, dijo.
Al menos 20.000 extranjeros están integrados en el ejército ucraniano
Al igual que muchos artículos e informes dedicados recientemente a los ciudadanos de varios países europeos que partieron para luchar en Ucrania, Kiev anunció la creación de una legión de extranjeros voluntarios integrados en sus fuerzas armadas para luchar contra las fuerzas rusas.
Según una estimación del Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania del 6 de marzo, cerca de 20.000 combatientes extranjeros, principalmente de Europa, se habrían incorporado al ejército ucraniano.
Ante este fenómeno, los gobiernos occidentales han reaccionado entre el silencio, la autorización o la condena.
Símbolo de una posición ambigua, la ministra británica de Asuntos Exteriores, Liz Truss, dio luz verde a sus nacionales que deseaban luchar en Ucrania, mientras que el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas británicas, el almirante Tony Radakin, denunciaba más recientemente una práctica “ilegal” y peligrosa.
En una entrevista con la BBC, este último había manifestado: “Hemos sido muy claros de que empezar a ir a Ucrania (a luchar) es ilegal además de inútil para el ejército y la población”.
El almirante agregó que esta práctica podría contribuir a “la percepción errónea” de que Gran Bretaña ha enviado tropas para participar en hostilidades contra Rusia.
Deplorando el recurso de los “patrocinadores occidentales del régimen” de Kiev a los mercenarios en desafío del derecho internacional, el presidente ruso, Vladimir Putin, anunció el 11 de marzo que quería facilitar el transporte a las zonas de combate de voluntarios que quieren ayudar a la población del Donbás.
Source: RT