Tras el final de las elecciones parlamentarias libanesas, el embajador saudí en el Líbano, Walid Al-Bujari, se mostró más decidido a intervenir en la política local.
Al nominar candidatos, formar listas y financiar la propaganda anti-Hezbolá, Al-Bujari violó flagrantemente las normas diplomáticas y la moral política.
Lo que empeoró la escena fue el discurso de Al-Bujari durante el cual se dirigió a los títeres pro-saudíes en el Líbano. Afirmó que las elecciones parlamentarias provocaron la “caída de los símbolos de traición, así como de los hacedores del rencor y la muerte”.
Las respuestas a Al-Bujari se produjeron de inmediato.
La ex diputada Nayah Wakim ridículamente felicitó a Al-Bujari por conocer el significado de las “elecciones”, insinuando que el sistema político en el reino saudí nunca ha sido testigo de ninguna votación.
El ex ministro Wiam Wahhab indicó que el embajador saudí está enemistando a un segmento considerable del pueblo libanés sin ningún motivo, y le dijo a Al-Bujari que los hacedores de la muerte se encuentran entre los políticos pro-saudíes en el Líbano.
El 15 de mayo de 2022, el Líbano fue testigo de una elección parlamentaria que se sincronizó con una crisis sin precedentes provocada por el asedio y la corrupción respaldados por EEUU. A pesar del plan estadounidense, la alianza de la Resistencia logró salir victoriosa.
Source: Al Manar