Un informe de Reuters, basado en datos comerciales de 2015 a 2021, revela cómo EEUU ha perdido posiciones en América Latina, en un momento en el que algunos líderes regionales se presentaron en Los Ángeles para la Cumbre de las Américas.
El informe encuentra que, a excepción de México, que es el principal socio comercial de EEUU, China ha superado a EEUU en la región, que fue vista durante mucho tiempo como su patio trasero, y ha ampliado aún más su ventaja comercial.
EEUU y México, un vecino al sur, han tenido un tratado de libre comercio desde la década de 1990 y la cantidad de comercio entre ellos supera el comercio de Washington con el resto de América Latina.
Una brecha entre el comercio entre EEUU y la región y el de esta con China comenzó a aparecer bajo el ex presidente estadounidense Donald Trump y ha crecido desde que Biden llegó al poder en enero de 2021.
Hasta ahora, Biden no ha logrado sellar la brecha o reducirla, a pesar de su promesa de restaurar el papel de Washington como líder mundial y volver a centrar la atención en América Latina después de años de lo que alguna vez describió como “descuido”.
El informe citó a algunos funcionarios actuales y anteriores que enfatizaron que Washington había tardado en tomar medidas concretas para llenar la creciente brecha y que China, un importante comprador de granos y metales, simplemente ofreció más a los países de América Latina en términos de comercio e inversión.
Aparte de México, “los lazos comerciales, económicos y tecnológicos más importantes para América Latina son definitivamente con China, que es el principal socio comercial de la región, muy por encima de EEUU”, dijo Juan Carlos Capunay, ex embajador de Perú en China.
El intento del presidente de EEUU, Joe Biden, de reafirmar el liderazgo de EEUU en las Américas, donde la desconfianza hacia EEUU es profunda, recibió un duro golpe cuando varios países del sur y centro de América optaron por mantenerse alejados de una cumbre en Los Ángeles.
Los últimos datos disponibles muestran que los flujos comerciales totales, tanto importaciones como exportaciones, entre América Latina, menos México, y China alcanzaron casi 247.000 millones dólares en 2021, muy por encima de los 174.000 millones con EEUU.
En cuanto a México, sus flujos comerciales con EEUU fueron de 607.000 millones de dólares en 2021, por encima de los 496.000 millones alcanzados en 2015. Por otro lado, el comercio de México con China fue de alrededor de 110.000 millones de dólares, frente a los 75.000 millones de seis años antes.
Según funcionarios estadounidenses, el presidente Biden anunciaría lo que se llama un plan de “Asociación de las Américas” en la cumbre. Se dice que el plan, que es un claro intento de recuperar terreno frente a China, tiene como objetivo promover la recuperación de la pandemia mediante el desarrollo de acuerdos comerciales.
También dijeron que el plan tendría como objetivo “movilizar inversiones, revitalizar el Banco Interamericano de Desarrollo, crear empleos de energía limpia y fortalecer las cadenas de suministro”.
Una batalla perdida
En un intento por desviar el enfoque comercial de América Latina de China hacia EEUU, los asesores de Biden han realizado visitas a la región, acusando abiertamente a Pekín de usar la inversión para crear lo que llamaron “trampas de deuda” para los países latinoameircanos y tratando de convencer de que Washington es un socio más confiable y transparente para hacer negocios.
“Mientras China esté lista para poner su dinero sobre la mesa, parece que estamos peleando una batalla perdida”, dijo Reuters citando a un funcionario estadounidense no identificado, admitiendo que EEUU enfrentaba un desafío difícil.
Los comentarios del funcionario se producen cuando China lidera actualmente los intercambios con Argentina, ha ampliado su liderazgo en los gigantes andinos del cobre, Chile y Perú, y ha experimentado un gran avance en Brasil.
Podría decirse que Biden ve la Cumbre organizada por EEUU en Los Ángeles como una plataforma clave para hacer frente a China, pero la reunión ha quedado muy deslucida debido al boicot de varios presidentes, incluido el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, por la exclusión de países como Cuba, Nicargua y Venezuela.