El presidente de EEUU, Joe Biden, llegó a Arabia Saudí después de visitar los territorios palestinos ocupados.
Biden se reunió con el príncipe heredero de Arabia Saudí a su llegada a Yeddah el viernes, como parte de una visita fundamental para discutir temas de energía, política y las relaciones entre el reino y Washington, una visita que marca el abandono de su promesa hecha durante su campaña electoral para transformar el reino en un “estado paria”.
Los medios estatales saudíes publicaron imágenes del avión presidencial estadounidense en el aeropuerto de Yeddah, después de un vuelo de dos horas desde el aeropuerto Ben-Gurion. Ningún presidente estadounidense había volado nunca directamente desde los territorios palestinos ocupados a Arabia Saudí.
Biden fue recibido por el gobernador de La Meca, Jalid Al-Faisal, y la embajadora de Arabia Saudí en EEUU, Rima bint Bandar.
Posteriormente, MBS recibió a Biden en el Palacio de la Paz de Yeddah durante una reunión que puso fin al boicot presidencial estadounidense al príncipe heredero por el asunto del periodista saudí Yamal Khashoggi.
Las imágenes de video, publicadas por los medios estatales, mostraban a Bin Salman dando la bienvenida a Biden en una de las entradas al palacio real en la ciudad costera occidental.
Mientras estaba en la ciudad costera, Biden se reunió con el rey saudí, Salman bin Abdulaziz, antes de participar en una “sesión de trabajo ministerial presidida por el príncipe heredero MBS”.
Es de destacar que, después de que Biden asumió el cargo a principios de 2021, su administración publicó los resultados de las investigaciones de inteligencia de EEUU que señalaba que el príncipe heredero saudí aprobó una operación contra el periodista saudí Yamal Khashoggi, que escribía en el Washington Post y cuyo horrible asesinato en el consulado de su país en Estambul en 2018 desató una protesta mundial.
Biden prometió convertir a Arabia Saudí en un “estado paria” hace menos de dos años por el asesinato de Khashoggi.
Sin embargo, ahora parece que Biden está listo para volver a comprometerse con un país que Washington ha considerado un importante aliado estratégico durante décadas, un importante proveedor de petróleo y un ávido comprador de armas.
Washington quiere persuadir al mayor exportador de crudo del mundo para que aumente la producción de petróleo para reducir los altos precios del combustible, en medio de la guerra en Ucrania, que amenaza las posibilidades de los demócratas en las elecciones parciales previstas para noviembre próximo.
Source: Al Mayadin