El viaje del primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, a Australia debería haber sido una etapa fácil dadas las posturas pro-israelíes de su homólogo australiano. Malcolm Turnbull. Éste, en efecto, mostró incluso su condena a la reciente resolución de la ONU que pedía el fin de la construcción de ilegales asentamientos en los territorios palestinos ocupados, siendo uno de los aislados casos en el mundo en manifestar esta posición.
La postura de la opinión pública y de la calle fue diferente. El 23 de febrero, miles de australianos se reunieron delante el Consejo Municipal en la ciudad de Sydney para protestar por la visita de Netanyahu. Cientos de ellos llevaban pancartas con la foto de Netanyahu y el título “Criminal de guerra”. Otras pancartas condenaban el apoyo de Camberra al régimen israelí.
Una abogada pro-palestina Randa Abdel Fattah, dijo a AFP: “Estamos aquí para denunciar el apoyo de Australia a Israel, una nación racista del apartheid. Es repugnante ver que algunos de nuestros líderes (…) han desplegado la alfombra roja para un criminal de guerra en Australia. Estamos en contra de esto y hoy decimos en voz alta a Malcolm Turnbull y a Julie Bishop: “No en nuestro nombre”.
La manifestación fue organizada a iniciativa del Grupo de Acción Palestino, que también llevó a cabo protestas en ciudades como Melbourne y Camberra.
Por otra parte, más de 60 destacados australianos, entre ellos ex políticos laboristas, altos profesionales del derecho y clero, han firmado una declaración en la que se oponen a la visita oficial de Netanyahu a Australia debido a la política de su gabinete hacia los palestinos, informó Al Waght.
“Es hora de que el sufrimiento del pueblo palestino se detenga y de que Australia asuma un papel más equilibrado en el apoyo a la aplicación del Eerecho Internacional y no a Netanyahu y sus políticas”, escribieron en la declaración.
Los firmantes incluyen el ex fiscal general Gavan Griffith, el abogado Julian Burnside, la empresaria Janet Holmes à Court, el ex ministro, Jon Stanhope, y los ex políticos laboristas Laurie Ferguson, Melissa Parke, Alan Griffin y Jill Hall.
Source: Diverso