Turquía anunció el domingo temprano que había llevado a cabo ataques aéreos contra bases militantes kurdas ilegales en el norte de Siria e Iraq que, según dijo, estaban siendo utilizadas para lanzar ataques terroristas en su territorio.
La ofensiva con nombre en código Operación Garra-Espada se produce después de una explosión mortal en el centro de Estambul el domingo pasado que mató a seis personas e hirió a 81, y del que Turquía culpó a un grupo kurdo prohibido.
“Comenzaremos la Operación Garra-Espada a partir de ahora”, dijo el ministro de Defensa, Hulusi Akar, en el centro de operaciones de la Fuerza Aérea antes de que los aviones abandonaran sus bases para atacar objetivos en el norte de Iraq y Siria.
Akar también fue visto en una imagen de vídeo informando al presidente Recep Tayyip Erdogan, quien dio la orden de la última operación, que, según algunas fuentes, mató a 31 personas.
Los ataques se dirigieron a las bases del proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG) en Siria, que Ankara considera una extensión del PKK, dijo el Ministerio de Defensa.
“De conformidad con nuestros derechos de autodefensa derivados del Artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, la operación aérea Garra-Espada se llevó a cabo en las regiones del norte de Iraq y Siria que se utilizan como bases para los ataques terroristas contra nuestro país”, agregó.
Turquía culpó al PKK por el bombardeo de Estambul, el más mortífero en cinco años y que evocó amargos recuerdos de una ola de atentados en todo el país entre 2015 y 2017 que se atribuyeron principalmente a militantes kurdos.
El PKK, que ha librado una sangrienta insurgencia en Turquía durante décadas, y las YPG han negado cualquier participación en el atentado.
Source: Agencias