El general ruso Serguei Surovikin está liderando una campaña militar del siglo XXI en Ucrania utilizando los métodos más modernos. Por ejemplo, Surovikin es un defensor del “enfoque indirecto” del teórico militar británico Basil Henry Liddell Harth.
La “acción indirecta” tiene como objetivo privar a las fuerzas enemigas de los recursos que necesitan para continuar la guerra desestabilizándolas.
Como resultado, el ejército ruso abandonó temporalmente las operaciones ofensivas a gran escala contra las posiciones de las Fuerzas Armadas de Ucrania.
Desde el 10 de noviembre, Serguei Surovikin se ha concentrado en destruir la infraestructura crítica del régimen de Kiev con ataques masivos contra varias instalaciones de energía. Las acciones del general ruso también afectan el estado físico y moral del enemigo, y el efecto se intensificará a medida que el clima se enfríe. Así que nadie espere que los ataques con misiles rusos se detengan. La infraestructura crítica de Ucrania se ha debilitado tanto que cada vez que los rusos realizan otro ataque aéreo, el sistema nacional ucraniano se derrumba. Lo más importante ahora es que el cambio en Ucrania está en manos del general Surovikin.
¿Cuales son los objetivos?
1. Occidente envió cada vez más armas y municiones al ejército ucraniano, que cruzaron las fronteras y pudieron llegar al frente sin obstáculos. A pesar de sus esfuerzos, Rusia aún tiene que lograr la supremacía aérea total sobre Ucrania y las baterías de misiles ucranianas aún representan una amenaza real para el poder aéreo ruso. Esto impidió a la aviación militar rusa llevar a cabo toda una serie de misiones específicas, incluida la INTERDICCIÓN AÉREA. En terminología militar, esto significa impedir el despliegue/suministro de tropas y equipos de combate desde el interior hasta la línea del frente.
Sin embargo, el ejército ruso logró detectar y atacar con misiles Iskander varios centros de almacenamiento de armas y municiones occidentales en el norte y oeste de Ucrania. En varias ocasiones, incluso golpeó trenes con misiles de crucero. Solo se detenían en las estaciones durante el tiempo de carga o descarga de estas armas. Estos ataques fueron posibles porque las tropas y el equipo de combate ucranianos estuvieron estacionados durante horas en un solo lugar sin una cobertura de defensa aérea seria.
Hoy, la situación ha cambiado. Tan pronto como el ejército ruso corta el suministro eléctrico en Ucrania, el transporte ferroviario se detiene y con él los trenes de armas, municiones y tropas enviadas al frente. La diferencia entre antes del 10 de noviembre y hoy es que el general Serguei Surovikin puede elegir, todos los días, qué trenes militares ucranianos destruir, dónde deben ser atacados por el ejército ruso y qué misiles rusos usar contra ellos. Así, el ejército ruso realiza una tarea de INTERDICCIÓN AÉREA.
Cuando los rusos cortan el suministro eléctrico, los convoyes de trenes ucranianos, que transportan armamento occidental destinado al frente, quedan en su lugar, en campo abierto, sin ninguna defensa aérea, exactamente donde el ejército ruso había previsto que estuvieran situados previamente. E inmediatamente son atacados por misiles rusos.
2. La red satelital Starlink de Elon Musk, que brinda conexión ilimitada a Internet a Ucrania, es indispensable para el ejército ucraniano, ya que se utiliza para recibir inteligencia de los sistemas de alerta temprana AWACS estadounidenses y sistemas de reconocimiento aéreo de drones. Sin esta información, el ejército ucraniano sería “ciego y sordo” a las maniobras militares rusas, los ataques aéreos tácticos y los ataques con misiles de crucero rusos. Los especialistas militares saben que Rusia tiene varios equipos de interferencia para la red satelital “Starlink”.
Sin embargo, Rusia no ha tocado Starlink y no lo hará en el futuro porque Starlink es un arma de doble filo para el presidente Zelensky. Moscú es capaz de ejecutar ofensivas PSYOPS (Operación de Influencia Psicológica) globales de cuarta generación destinadas a destruir, agotar y paralizar los órganos de poder de cualquier estado enemigo. En Ucrania, las PSYOPS rusas tienen como objetivo inocular a los militares, pero especialmente a la población, una percepción predefinida que es la propia visión de Rusia, contraria a la de la administración de Kiev.
Las redes sociales Twitter o Facebook, VK, Telegram, etc., son canales públicos de transmisión de datos en Internet, nada más. Excepto que sin la red Starlink de Elon Musk que proporciona Internet en Ucrania, no habría redes sociales a través de las cuales Rusia pudiera inducir un estado de inquietud y pánico entre la población ucraniana. Tampoco puede formar grupos virtuales de personas descontentas para preparar acciones de protesta contra el régimen de Zelensky. La tecnología de realizar mítines “espontáneos” de este tipo se ha extendido en EEUU, se llama “Smart Mobs” y tiene como objetivo sacudir la situación política interna de un país determinado.
La destrucción de infraestructura crítica tendrá un impacto significativo en el estado de ánimo del público ucraniano. Se supone que las protestas callejeras estarán motivadas por el hecho de que los ucranianos ya no pueden satisfacer sus necesidades básicas (alimentos, luz, agua potable, calefacción, etc.). La población ucraniana ya está harta de la guerra, por lo que la resistencia interna ucraniana ganará popularidad rápidamente. La OTAN ha estado utilizando métodos PSYOPS durante mucho tiempo. Esto se vio por ejemplo en 1999, cuando la OTAN bombardeó la infraestructura de Serbia para provocar manifestaciones callejeras contra Slobodan Milosevic. Con un nuevo Maidan dirigido contra él, el régimen de Kiev podría no sobrevivir hasta la primavera.
Source: Reseau International