Últimamente se ha hablado mucho de que las puertas ya no están cerradas a cualquier posible reunión entre el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y el presidente sirio, Bashar al-Assad. Incluso los periodistas dijeron que la reunión podría tener lugar antes de las elecciones de 2023, como parte de la “gran estrategia” que llevó a Turquía a reconciliarse con los Emiratos Árabes Unidos y el Reino de Arabia Saudí y a estrechar la mano del presidente egipcio Abdel Fattah El-Sisi, bajo la mediación de Qatar, en la inauguración de la Copa del Mundo de Qatar.
Sin embargo, las declaraciones sobre la normalización de las relaciones turco-sirias no se limitan a Erdogan, sino que incluso la oposición no deja de hablar de este tema.
El jefe del Partido Popular Republicano, Kemal Kilicdaroglu, ha señalado que si su partido llega al poder como resultado de las próximas elecciones, reabrirá la embajada turca en Siria y se comunicará con la autoridad legítima para llegar a una solución a la crisis de relaciones y sus consecuencias.
Kurshad Zorlu, portavoz del Buen Partido, dijo que el partido presentaría una solicitud al Ministerio de Relaciones Exteriores de Turquía para reunirse con el presidente Al-Assad en Damasco.
En cuanto a los temas que el partido quiere discutir está la creación de las condiciones económicas, sociales y de seguridad necesarias para el regreso de los desplazados sirios, que abandonaron su país, el desarrollo de una estrategia conjunta para poner fin a las actividades del PKK, las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo y el resto de organizaciones terroristas que suponen una amenaza para la seguridad de Ankara y Damasco, y el apoyo diplomático para la reconstrucción de Siria.
Estas declaraciones fueron precedidas por un paso igualmente importante dado por el opositor Partido Democrático Turco. Una delegación del mismo visitó el Líbano y se reunió por primera vez desde el comienzo de la crisis siria con el embajador sirio en Líbano, Ali Abdul Karim Ali. Esta reunión habría recibido la luz verde oficial y discutió el tema de los desplazados sirios y los planes para su regreso.
La citada delegación no se contentó con visitar al embajador, sino que acudió al ministro libanés de Asuntos de Desplazados, Issam Sharafeddin, para conocer de cerca y de forma práctica el plan de retorno de los refugiados sirios desde el Líbano.
Sin embargo, ¿puede el régimen turco normalizar sus relaciones con Siria?
No hay duda de que el asunto se está discutiendo a nivel oficial turco, pero no ahora. Las relaciones de inteligencia entre ambos países están presentes y los pasos diplomáticos, con su extrema timidez, empiezan a asomar la cabeza, pero cabe preguntarse si ahora es el momento propicio.
No es posible hacer la vista gorda ante los desarrollos en el norte de Siria después del atentado de Estambul, lo que nos da una respuesta negativa. Los ataques con misiles y artillería no han cesado desde el pasado 20 de noviembre, concretamente sobre la ciudad de Ayn al-Arab (Kobani) y lo que más se habla hoy es sobre la posibilidad de que Turquía lance una operación militar terrestre en territorio sirio con el objetivo de establecer una “zona segura” a una profundidad de 30 kilómetros. Y hay una advertencia rusa contra la desestabilización del Norte.
Está también el tema de los sirios naturalizados en Turquía, que en su mayoría son de la oposición siria y su voto irá a parar a los candidatos del Partido Justicia y Desarrollo (AKP) de Erdogan. Y antes de las elecciones no hay posibilidad de enojarlos con ningún paso positivo hacia Damasco. Mientras el Ministerio del Interior turco dice que son 221.671, de los cuales 125.563 son mayores de 18 años, los partidos de la oposición turca hablan de que la cifra es muchas veces mayor y que algunos han cambiado sus sus nombres para que no ser reconocidos a través de las listas de votantes inscritos. En este sentido, un representante del Partido Popular Republicano, Mahmoud Tanal, ha presentado un proyecto de ley que pide la modificación de la ley de nacionalidad y la prohibición de votar a los que obtuvieron la ciudadanía turca en los últimos años.
La lógica de las cosas dice que a Erdogan no le interesa apostar por una normalización total de las relaciones con Siria antes de las elecciones.
Por su parte, el presidente sirio, Bashar al-Assad, dijo claramente: “Queremos acciones, no palabras”, lo que significa que no habrá reunión con Erdogan hasta un cambio de políticas por parte de Turquía, incluyendo el fin de la ocupación de tierras sirias y el apoyo al terrorismo, y en ningún caso antes de las elecciones turcas.
Source: Al Akhbar