Ataúdes con los restos de “mártires no identificados” envueltos en banderas iraníes fueron llevados en procesiones masivas el miércoles en Teherán y otras ciudades.
Para muchas familias iraníes, el doloroso legado de la guerra Irán-Iraq de ocho años, conocida como la Defensa Sagrada, se prolonga después de más de tres décadas mientras esperan las noticias de sus seres queridos que siguen “desaparecidos”.
El aniversario del martirio de Fatima Zahra, la hija del Profeta Muhammad (PB) se convirtió en la ocasión perfecta para despedir a los cuatrocientos mártires desconocidos de la guerra impuesta por el Iraq de Saddam Hussein.
En la capital, Teherán, la última despedida del martes honró a doscientos soldados cuyos restos fueron recuperados recientemente de los antiguos campos de batalla a lo largo de la frontera entre Iraq e Irán.
Se celebraron funerales para otros doscientos soldados en otras ciudades y pueblos de Irán. Ninguno de los soldados ha sido identificado y sus restos serán enterrados como “mártires desconocidos”.
Muchos de los que asistieron al cortejo fúnebre lo vieron como una oportunidad para enviar un mensaje a los enemigos de la República Islámica.
Los camiones cargados con los ataúdes se abrieron paso por las calles. Hombres y mujeres de negro los siguieron llorando por los que perdieron la vida en una guerra sangrienta que dejó más de un millón de bajas en ambos bandos. Pero lo más importante resultó que una vez más prometieron lealtad a la República Islámica de Irán.
Source: Press TV (traducido por el sitio de Al Manar en español)