El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, advirtió a Washington que pagará el precio por negarse a suministrar a Turquía los aviones de combate F-16 fabricados en EEUU.
“Con respecto a los F-16, queremos estos de ustedes, pero no los ha dado. Originalmente iban a suministrar F-35, pero no cumplieron su palabra. Aunque pagamos alrededor de 1.400 millones de dólares, no dieron nada a cambio. Si no dan nada a cambio, pagarán las consecuencias”, dijo Erdogan citado por un medio de comunicación turco.
Sus comentarios se producen a raíz de una declaración hecha por el ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu, a principios de este mes de que Ankara está esperando la aprobación de EEUU para el suministro de cazas F-16 a Turquía.
El senador demócrata Bob Menéndez, quien se desempeña como presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EEUU, ya ha dicho en un comunicado que se opone “firmemente” a “la venta propuesta por la administración Biden de nuevos aviones F-16 a Turquía”.
“Hasta que Erdogan cese en sus amenazas, mejore su historial de derechos humanos en casa… y comience a actuar como un aliado de confianza, no aprobaré esta venta”, insistió Menéndez.
Según se informa, valorado en 20.000 millones de dólares, el acuerdo sobre los F-16 comprende 40 nuevos cazas y 79 kits de actualización, algo que requiere la aprobación del Departamento de Estado, el Comité de Relaciones Exteriores del Senado y el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara.
El año pasado, un periódico turco informó que Ankara podría considerar comprar los aviones de combate Eurofighter Typhoon de cuarta generación si fracasa el acuerdo de compra de los F-16.
En diciembre de 2022, el Congreso de EEUU bloqueó los artículos relacionados con las restricciones a la venta de aviones F-16 en su proyecto de ley anual de gastos de defensa para el año fiscal 2023, en medio de los esfuerzos del Departamento de Estado por convencer a los legisladores de que el acuerdo estaba alineado con los intereses de Washington.
La disputa entre EEUU y Turquía, que resultó en la eliminación de Ankara del programa del F-35, comenzó después de que el gobierno turco decidiera comprar sistemas de defensa antimisiles S-400 de fabricación rusa.
En respuesta, Washington canceló la venta de aviones F-35 a Turquía en julio de 2019 por afirmaciones de que podría filtrar secretos militares a Rusia. Washington argumentó que los S-400 podrían detectar vulnerabilidades en los F-35 y transmitir los datos a Moscú.
Source: Sputnik