La policía francesa atacó a participantes en las protestas, disparando gases lacrimógenos y balas de goma, mientras millones de manifestantes salían a las calles para una cuarta ronda de protestas contra la reforma de pensiones planificada por el presidente Emanuel Macron.
Casi un millón de personas marcharon en París, Niza, Marsella, Toulouse, Nantes y otras ciudades, según el Ministerio del Interior. Sin embargo, las autoridades locales estiman el número en más de 2,5 millones. El ministro del Interior, Gerald Darmanin, escribió el viernes en Twitter que se desplegarían 10.000 policías para garantizar la seguridad durante las protestas, incluidos 4.500 en París.
La policía cargó contra la multitud y dispersó a los manifestantes con gases lacrimógenos mientras que algunos de estos enojados incendiaban autos y contenedores de basura en una calle del centro de París.
Las manifestaciones del fin de semana atrajeron a jóvenes y otras personas que se oponen a las propuestas de pensiones y que no pudieron asistir a los tres días anteriores de acción, todos realizados entre semana.
“Está fuera de discusión trabajar más, crear las condiciones para que disminuyan las pensiones, crear las condiciones para que mis hijos no encuentren trabajo, porque si los adultos mayores trabajan más tiempo, bloquearán los puestos de trabajo. Todo es falso y malo en esta reforma”, dijo un delegado de los docentes de educación secundaria.
Los sindicatos han advertido que están dispuestos a “poner a Francia en suspenso” en las próximas semanas si el gobierno no cumple con sus demandas. Se esperan huelgas y protestas en todo el país, con interrupción del transporte público, la atención médica y la educación, entre otros sectores.
Los controladores de tráfico aéreo en el aeropuerto Orly de París iniciaron una huelga no programada el sábado, lo que provocó la cancelación de la mitad de los vuelos en el aeropuerto.
Source: Agencias