En medio del impacto de los acuerdos de seguimiento de Astaná, y su cristalización en una hoja de ruta para la normalización entre Damasco y Ankara, y mientras Siria continúa enviando refuerzos militares que incluyen formaciones ofensivas al norte y noroeste del país, en preparación para una nueva etapa sobre el terreno, que comenzará probablemente con la apertura de la carretera “M4”, el Ejército sirio respondió con firmeza a los ataques llevados a cabo por Hayat Tahrir al-Sham (ex Frente Al-Nusra) mientras Turquía, de forma inusual, guardaba silencio.
Pocas horas después de que Hayat Tahrir al-Sham lanzara ataques con drones y cohetes contra áreas civiles en las gobernaciones de Latakia y Hama, el Ejército sirio, en cooperación con la Fuerza Aérea Rusa, respondió atacando los sitios de lanzamiento de los drones, además de otros pertenecientes a las facciones uzbekas y turkmenas del HTS. Como resultado, varios puntos focales de las facciones fueron destruidos, además de un depósito de armas y líneas de suministro, según un comunicado emitido por el Ministerio de Defensa sirio. El ataque también afectó, según fuentes sobre el terreno que hablaron con Al-Akhbar, dos salas de control de drones que fueron destruidas después de determinar su ubicación. En total, varias decenas de militantes habrían perecido en estos ataques. Sin embargo, la firme respuesta sirio-rusa, que esta vez estuvo acompañada de una declaración clara adjunta a una grabación de vídeo de los bombardeos, no encontró ningún eco turco, a diferencia de lo ocurrido anteriormente, cuando Ankara denunciaba constantemente cualquier acción del Ejército sirio, afirmando que amenazaba al “acuerdo de reducción de hostilidades”.
Las fuentes de campo sirias atribuyeron el silencio turco a dos razones: la primera es que las facciones fueron las primeras en iniciar la violación del acuerdo al apuntar lejos de las líneas de contacto. El segundo es la hoja de ruta rusa para la normalización entre Damasco y Ankara, basada en el “Acuerdo de Sochi”, que obliga a Turquía a resolver el expediente de Idleb, aislar a las facciones “terroristas” y abrir las principales carreteras. Además del silencio de Ankara, la continua escalada militar en Idleb no encontró las reacciones habituales en los medios opositores sirios, ni en las facciones opositoras, que se contentaron con observar la escena e intentar interpretar la reacción turca.
Y a la luz de la ausencia de información precisa sobre la naturaleza de los acuerdos militares y de seguridad sirio-turcos en el marco del “Cuarteto”, y la negativa de Ankara a informar a las facciones opositoras sirias de cualquier detalle al respecto, contentándose con emitir directivas relacionadas con la fortificación de las fronteras, el control de la seguridad y la prevención de cualquier movimiento opuesto a Turquía, estallaron manifestaciones contra “Tahrir al-Sham” en muchas zonas de Idleb, haciéndolo responsable al grupo de esta escalada militar, mientras que la “coalición opositora” se contentó con emitir un breve comunicado llamando a la “acción internacional”.
Por su parte, fuentes de la oposición siria aseguraron, en una entrevista con Al-Akhbar, que las reiteradas directivas turcas sobre la necesidad de controlar las fronteras indican temores a nuevas oleadas de desplazados o a la infiltración de combatientes extremistas en Turquía, lo que puede perturbar el ambiente. de acercamiento entre Ankara y Damasco. Las fuentes agregaron que el enfoque de Ankara en este momento se centra en los kurdos y en atacar a los combatientes de las FDS kurdas en el noreste de Siria, especialmente después de numerosas filtraciones sobre un acercamiento entre las FDS y el HTS, que controla áreas en el campo de Alepo, incluidas algunas limítrofes con las FDS.
Las fuentes atribuyen el supuesto acercamiento entre las dos facciones a la existencia de muchos intereses económicos entre ellas. Esto explica la creciente y pública preocupación de las FDS por el acercamiento entre Damasco y Ankara, ya que lo ven como una amenaza al proyecto de “autogestión” en el noreste de Siria que pretenden establecer como un hecho consumado. A la luz de los nuevos desarrollos sobre el terreno y la ambigüedad de la posición turca, ha comenzado a formarse una convicción entre las facciones en el campo de Alepo de que se acerca la fecha para resolver el expediente Idleb.
Además, el presidente sirio, Bashar Al-Assad, y el ministro de Exteriores, Faisal Al-Miqdad, recibieron el domingo al vicecanciller ruso, Serguei Vershinin, en la primera visita de un alto funcionario ruso tras la reunión de Astaná. Un comunicado de la Presidencia de la República en Siria indicó que la reunión giró en torno a “las relaciones entre Siria y Rusia y la coordinación entre ellas, especialmente a la luz de los acontecimientos recientes, además de cuestiones de lucha contra el terrorismo y esfuerzos conjuntos entre los dos países en el expediente del retorno de los refugiados sirios a su país”.
Cabe señalar que la declaración de la presidencia siria abordó claramente los intentos de Washington de interrumpir la vía de “Astaná”, ya que “Assad afirmó que todos los esfuerzos occidentales para interrumpir los esfuerzos del Estado sirio para restaurar la seguridad y la estabilidad en todas sus tierras no tendrán éxito, añadiendo que estos esfuerzos están avanzando de acuerdo con las aspiraciones de los sirios de recuperar una plena estabilidad, según el comunicado.
Durante el encuentro, Vershinin subrayó “la necesidad de transitar dentro de una nueva etapa en las relaciones internacionales ante el temor de EEUU y sus aliados occidentales de perder el control político y económico a nivel global”, lo que considera una mención a la continuación de la vía de Astaná y las reuniones del Cuarteto.
El rechazo al papel estadounidense en Siria, como uno de los pilares del camino ruso hacia una solución en Siria, en el que Turquía ha estado muy involucrada, abrirá probablemente la puerta a una escalada ruso-estadounidense cada vez mayor en el campo sirio. Durante los últimos dos meses, ya han aparecido estas señales cuando Washington llevó refuerzos militares a sus bases ilegales en el noreste de Siria y en la región de Al-Tanf, además del intercambio de acusaciones entre ambas partes sobre la violación de acuerdos previos que impiden el contacto aéreo.
Source: Al Akhbar (traducido por el sitio de Al Manar en español)