El jueves, un vídeo fue difundido en las redes sociales en el que se veía al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ordenar a sus guardaespaldas atacar a manifestantes opuestos a su visita a Washington. Once de estos últimos fueron heridos cerca de la residencia del embajador turco en Washington en una fuerte pelea el pasado martes. Dos miembros del Servicio Secreto de EEUU fueron también golpeados.
Los manifestantes estadounidenses protestaban contra las políticas de Ankara en Iraq y Siria y por la visita de Erdogan a la capital de EEUU, donde se reunió con su homólogo estadounidense, Donald Trump.
En el vídeo, un asesor de Erdogan aparece hablando con éste último, que está dentro de un coche, y recibiendo lo que parece un importante mensaje. Segundos después los guardaespaldas de Erdogan comienzan a pegar a los manifestantes.
El Departamento de Estado convocó al embajador turco en Washington a la oficina del subsecretario de Estado, Thomas Shannon, el miércoles, dijo un funcionario del Departamento que calificó la conducta del personal de seguridad turco de “profundamente perturbadora”. “El Departamento de Estado ha planteado su preocupación por estos hechos al más alto nivel y llevará a cabo una investigación completa que nos permitirá determinar a los individuos responsables de estos hechos. Esto es de suma importancia para nosotros”. Esto podría llevar a la presentación de cargos contra los guardaespaldas del presidente turco.
La Policía norteamericana condenó, por su parte, el “brutal ataque” contra manifestantes pacíficos. El senador John McCain y otros senadores pidieron la expulsión del embajador turco de EEUU.
El incidente de los guardaespaldas supuso el colofón de una fracasada visita de Erdogan a Washington, en un momento de tensión entre los dos países después de que EEUU haya armado masivamente a los kurdos en Siria, junto a la frontera de Turquía, y de que Ankara haya condenado esta acción norteamericana y advertido que ello no le impedirá a atacar a los kurdos si lo considera necesario.
Erdogan tampoco logró su objetivo de lograr la extradicción del predicador Fethullah Gülen, al que acusa de estar implicado en el intento de golpe de estado del pasado mes de julio contra él y su gobierno, hecho éste que Gülen niega. Gülen publicó un artículo en el Washington Post coincidiendo con la visita de Erdogan en el que acusó a éste de llevar a Turquía hacia una dictadura y pidió a los países occidentales medidas para impedirlo.
Según fuentes cercanas a Erdogan, antes de que el presidente turco llegara a Washington, una alta delegación compuesta por el jefe del Estado Mayor, el jefe de la Inteligencia y el portavoz de la Presidencia turcos fue allí para preparar su visita. La delegación también está acompañada por el ministro turco de Justicia, que buscaba, sobre todo, negociar la extradición de Gülen con sus anfitriones estadounidenses. Pero el contenido de las conversaciones con los responsables norteamericanos fue muy decepcionante, hasta el punto de que el presidente Erdogan amenazó justo antes de su partida hacia Washington con “reconsiderar sus relaciones con EEUU” si sus quejas no eran atendidas.
En Washington, el propio Erdogan tampoco logró nada. Sus encuentros con Trump fueron de corta duración y no lograron gran cosa. EEUU ha mantenido un silencio significativo sobre los dos temas que interesaban a Erdogan y se negó a satisfacer las exigencias de Ankara.
Trump respondió a la demanda de desarme de los kurdos formulada por Erdogan con una fórmula retórica -“EEUU se halla al lado de Turquía en su lucha contra el PKK”-, que no quiere decir nada en realidad. Por otro lado, EEUU tampoco ofreció a Turquía ningún acuerdo para participar en la liberación de Raqqa. Erdogan montó en cólera entonces y dijo que “EEUU tendrá necesidad de Turquía en Siria” algún día. En cuanto a la extradicción de Gülen, el “no” de Trump fue categórico, dejando así a Erdogan en una situación embarazosa.
Erdogan volvió, pues, de Washington con la idea muy poco reconfortante de que tendrá que hacer frente ahora a un ejército kurdo equipado al sur de su frontera con tanques, Humvees, lanzacohetes, drones etc y a renunciar a su sueño expansionista otomano en Siria.
Source: Al Manar