Los círculos sionistos estaban preocupados por los mensajes enviados por la reunión del secretario general de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasralá, con el secretario general del movimiento el Yihad Islámico, Ziad al-Najaleh, y el jefe adjunto del buró político de Hamas, Saleh al-Aruri, y lo describió como una reunión inquietante para Tel Aviv.