Dinamarca, su territorio de Groenlandia, México y Panamá respondieron a las posiciones del presidente estadounidense Donald Trump, que anunció durante su ceremonia de investidura y tras entrar en la Casa Blanca.
El primer ministro de Groenlandia, Meot Egde, subrayó en una rueda de prensa que “el destino de Groenlandia se decide en Groenlandia, y no queremos ser estadounidenses”.
Antes, el ministro de Asuntos Exteriores danés, Lars Løkke Rasmussen, subrayó ante los periodistas que “”no podemos tener un orden internacional en el que los países, si son lo suficientemente grandes, independientemente de su nombre, puedan conseguir por sí mismos lo que quieran”.
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, dijo en una rueda de prensa que “siempre es importante mantener la calma y atenerse a los acuerdos firmados, no a los discursos”, restando importancia a la amenaza de Trump de imponer aranceles del 25% a las importaciones de México y Canadá.
El presidente panameño, José Raúl Molino, había confirmado en un comunicado su rechazo a las “palabras del presidente Donald Trump”, subrayando que “el canal es panameño y seguirá siéndolo”.
Esto se produce después de que Trump prometiera durante su discurso inaugural recuperar el canal de Panamá y declarara el estado de emergencia en la frontera con México para controlar la inmigración ilegal. Si bien Trump no mencionó Groenlandia en su discurso inaugural, los periodistas le preguntaron al respecto en la Oficina Oval después.
Respondió que “Groenlandia es un lugar maravilloso y lo necesitamos para la seguridad internacional”, y agregó: “Estoy seguro de que Dinamarca estaría de acuerdo con eso, porque les cuesta mucho dinero mantenerlo”, una postura que, sin embargo, Dinamarca ha rechazado oficialmente.
Source: Al Akhbar