En una muestra de unidad nacional y de un espíritu revolucionario inquebrantable, millones de iraníes de todos los sectores de la sociedad han salido a las calles de todo el país para conmemorar el 46º aniversario de la victoria de la Revolución Islámica de 1979.
Los diversos actos y celebraciones conmemorativos, que se celebraron el lunes, estuvieron imbuidos de fervor y celo patriótico, mostrando la arraigada lealtad del pueblo iraní a los valores y principios que dieron forma a la República Islámica tras la victoria de la Revolución.
Desde la enorme metrópolis de Teherán hasta los pueblos más remotos, los ciudadanos participaron en marchas multitudinarias, portando pancartas, ondeando la bandera nacional y coreando consignas que hacían eco del legado indeleble de la Revolución que derrocó a la tiránica monarquía Pahlavi respaldada por EEUU. Las oleadas de manifestantes convergieron en lugares emblemáticos, como la plaza Azadi y la plaza Enqelab de la capital, llenando el aire con resonantes cánticos de “Muerte a EEUU” y “Muerte a “Israel””, reiterando la firme oposición de Irán a la interferencia extranjera, la hegemonía imperialista y la ocupación y agresión.
Altos funcionarios, incluido el presidente Masud Pezeshkian, así como figuras militares y religiosas, se dirigieron a la nación en la ocasión que marca el prolongado fervor religioso y la lucha de los iraníes contra el régimen de Pahlavi bajo la guía del venerado y difunto fundador de la República Islámica, el Imam Jomeini.
Los discursos subrayaron, entre otras cosas, el apoyo inquebrantable del país a las naciones oprimidas, en particular a los pueblos de Palestina, Yemen y Líbano, en consonancia con la visión antiimperialista general de la Revolución.
En varias ciudades, estudiantes, eruditos religiosos y familias de mártires que dieron su vida para permitir la victoria de la Revolución o su preservación, rindieron homenaje a los sacrificios que se hicieron en defensa del desarrollo, al tiempo que reafirmaron su compromiso inquebrantable con los ideales del Imam Jomeini.
Los observadores dicen que la victoria de la Revolución el 11 de febrero de 1979 marcó el amanecer de una nueva era en la historia de Irán, una que desmanteló décadas de opresión mortal apoyada por Occidente y la reemplazó con una estructura gobernante arraigada en los principios islámicos y la soberanía popular.
Dicen que la Revolución sigue siendo un faro de desafío contra la arrogancia global, que sirve de inspiración a las naciones oprimidas de todo el mundo.
También subrayan la importancia duradera del desarrollo, que ha sido presenciada por la exitosa derrota de décadas de conspiraciones lideradas por EEUU destinadas a socavar su soberanía tras la victoria de la Revolución. Sin embargo, la República Islámica ha seguido prosperando frente a los persistentes intentos de socavar la Revolución y el progreso de Irán, que han incluido sanciones económicas, guerra psicológica y una guerra de ocho años contra el Iraq de Saddam Hussein con un fuerte apoyo occidental.
Source: Press TV