En medio de la tensión en las relaciones entre Europa y EEUU y del chantaje del presidente republicano Donald Trump a varios países del mundo, empezando por las amenazas de imponerles aranceles e incluso de invadirlos, muchos observadores se centran en las “ganancias” que China podría obtener de un segundo mandato de Trump, especialmente si el país asiático intenta llenar el vacío resultante del declive del orden global existente, al que Trump está contribuyendo a deteriorar.
Esto ocurre en un momento en que parece que la administración Trump, que está formada por elementos que adoptan una actitud “feroz” hacia Pekín y otros interesados en cerrar acuerdos rentables con la segunda economía más grande del mundo, aún no ha formulado una estrategia clara para lidiar con lo que describe como la “mayor amenaza” que enfrenta, aunque en los últimos días Trump ha comenzado a hablar de llegar a un acuerdo con Pekín. En este contexto, un informe publicado por la revista estadounidense “Foreign Policy” afirma que, después de que Trump fuera visto como la mejor opción para una postura más dura hacia China y el resto del mundo, el comienzo de su mandato muestra que este plan ya es “inestable”, lo que plantea dudas sobre si la “política dura largamente esperada” podría, a su vez, convertirse en una “victoria geopolítica” para Pekín.
Aunque Trump ha nombrado a “halcones serios” en puestos importantes, incluido el Consejo de Seguridad Nacional, el Departamento de Estado y el Departamento de Defensa, que adoptan una postura más competitiva con Pekín, después de atacar a sus aliados europeos, se mostró “mucho más agradable” con sus socios en Asia: el primer ministro japonés Shigeru Ishiba realizó un exitoso viaje a Washington a principios de este mes, mientras que la visita del primer ministro indio Narendra Modi mostró que la relación entre la India y EEUU goza de “buena salud”. El equipo de Trump también reafirmó su apoyo al acuerdo AUKUS entre Australia, el Reino Unido y EEUU. Aviones de guerra estadounidenses realizaron patrullas conjuntas sobre el Mar de China Meridional en apoyo de Filipinas y, al presionar a Panamá, Washington persuadió a este último país a abandonar la Iniciativa del Cinturón y la Ruta de la Seda de China.
Más importante aún, según la misma fuente, es el enfoque de Trump hacia Ucrania y su exigencia de que los países europeos proporcionen garantías de seguridad para cualquier acuerdo de paz, además del anuncio del secretario de Defensa, Pete Hegseth, de que Washington ya no está “principalmente centrado” en la seguridad europea reflejan la seriedad de Washington al priorizar la región “Indo-Pacífico”, especialmente porque Hegseth había subrayado, durante un viaje a Alemania este mes, que “EEUU, como líder del mundo libre que defiende los intereses estadounidenses, tendrá que asegurarse de que estamos debidamente centrados en los chinos comunistas”, como dijo. Por su parte, el New York Times indicó que Trump y su círculo íntimo creen que las negociaciones con Rusia son “una corrección necesaria a años de política equivocada”, y que un posible acuerdo con Moscú permitirá desviar recursos de seguridad hacia China, a la que describen como “la mayor amenaza”.
El plan de Trump para Gaza ha enfurecido a los países de mayoría musulmana en Asia
Sin embargo, las prácticas “instintivas” de Trump pueden ser bien recibidas por Pekín y le brindan “innumerables oportunidades”, especialmente en lo que respecta a las concesiones que Trump está haciendo al presidente ruso Vladimir Putin, su marginación de Europa y su debilitamiento de la OTAN de una manera que impide que esta última desempeñe un papel efectivo en Asia. El polémico plan de Trump sobre la Franja de Gaza también está provocando ira no solo en Medio Oriente, sino también entre los países de mayoría musulmana en Asia, incluidos Indonesia, Malasia y otros. Por ejemplo, fue digno de mención que el ex primer ministro de Singapur, Lee Hsien Loong, pronunció un discurso el 8 de este mes, en el que advirtió que “EEUU ya no está preparado para garantizar el orden mundial”, considerando que deja a países como suyo “luchando y tratando de adaptarse y ajustarse” por su cuenta a la nueva realidad.
La misma opinión se aplica a un informe publicado por la revista estadounidense “The Atlantic”, que afirmó que la retirada de EEUU de la Organización Mundial de la Salud y el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas otorga a Pekín una mayor influencia sobre esos “instrumentos”; y el desmantelamiento de la “Agencia de EEUU para el Desarrollo Internacional” convierte a China en un socio indispensable para el mundo en desarrollo. Además de lo anterior, el plan de desplazar a la población de Gaza puede ser una “bendición” para Xi Jinping. En general, casi todas las políticas de Trump, internas y externas, están destruyendo rápidamente los “cimientos” del poder estadounidense, mientras que el principal beneficiario de esto será China, que estaba esperando el momento en que EEUU “tropezara” para “reemplazarlo como la superpotencia mundial”, según la revista, que agrega que Trump avanza actualmente en la “entrega del mundo a Pekín”.
Luego de que el presidente estadounidense, a su llegada a la Casa Blanca, amenazara a Colombia con nuevos aranceles y restricciones de visados, China no perdió la oportunidad; su embajador en Colombia publicó un mensaje a través de la aplicación “X”, en el que confirmó que las relaciones entre ambos países “están en su mejor momento en más de 45 años”. Durante su gira por cinco países de América Latina este mes, el secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio, intentó hacer girar el enfoque “EEUU primero” de Trump y presentarlo como alguien que pone a “las Américas” primero, pero las acciones “miopes” y de larga data del presidente republicano -como las políticas de presión a Panamá y de abierto desprecio a México y altos aranceles a otros países como Brasil- han socavado, según los observadores, la comunicación diplomática temprana y han creado una oportunidad en la región para los oponentes de EEUU, especialmente China.
Source: Al Akhbar