El gobierno saudí ha amenazado con cambiar el régimen de Qatar si se lo propone, dijo el miércoles la versión digital del periódico Al Arab.
La amenaza surgió durante el reciente encuentro de la Liga Árabe en El Cairo, Egipto, cuando el embajador saudí, Ahmed al Qatan, aseguró que, de quererlo, Riad derrocaría al gobierno qatarí. El diplomático afirmó que el reino puede “hacer todo lo que quiera”.
El canciller qatarí, Bin Saad Al Muraiyi, restó importancia a esa declaración y opinó que Riad no tiene capacidad para derribar del poder al gobierno de su país.
De paso, aprovechó para denunciar lo que llamó campaña mediática viciosa contra Qatar, llevada a cabo por “perros rabiosos apoyados por algunos regímenes”.
“Ni siquiera los animales fueron perdonados, porque ustedes los expulsaron salvajemente”, apuntó Al Muraiyi, refiriéndose a los camellos varados en la frontera entre Qatar y Arabia Saudí después que Riad y sus aliados árabes impusieran un bloqueo aéreo, terrestre y marítimo a Doha.
Al Muraiyi declaró que Irán, adonde acaba de regresar el embajador qatarí, es un país honorable y agregó que las relaciones entre Teherán y Doha se consolidaron a partir de la crisis creada por Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Bahrein, que rompieron todo vínculo con Qatar.
Ese cuarteto de países árabes exigió 13 demandas para volver a la normalidad, entre ellas alejarse de Irán, terminar un supuesto apoyo a organizaciones terroristas, clausurar una base militar turca y el cierre de la cadena Al Yazira.
Doha, sin embargo, se negó a cumplir con tales demandas, porque violan la soberanía del país.
Por su parte, el periódico panárabe Rai al Youm, que cita fuentes diplomáticas de los países árabes del Golfo Pérsico, señala que Arabia Saudí ha estado intentando que EEUU reciba en Washington al Sheij Abdulá bin Ali al Zani, un miembro de la familia real qatarí al que Riad trata de entronar en Qatar tras el supuesto derrocamiento del emir de ese país.
Arabia Saudí pretende también, según el periódico, presionar a Kuwait para que invite a Sheij Abdulá a la próxima cumbre del Consejo de Cooperación del Golfo.
Sin embargo, para Mohammed Ayoub, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Michigan, y miembro del Center for Global Policy en Washington, la política saudí hacia Qatar constituye un gran fracaso por múltiples razones.
El régimen saudí creía que el bloqueo pondría a Qatar de rodillas en la presunción de que el pequeño Qatar dependía enormemente del vecino saudí en el tema del abastecimiento de alimentos, el comercio y el tráfico aéreo y, de este modo, Qatar no resistiría el embargo económico y la prohibición de usar el espacio terrestre, marítimo y aéreo de Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos. Sin embargo, tales presunciones no se han cumplido, señala Ayoub.
Qatar ha rechazado todas las demandas saudíes, incluyendo el cierre de Al Yazira, y “por encima de todo, la reducción de relaciones con Irán, país con el que Qatar comparte el mayor campo de gas del mundo”. Irán no sólo suministra ahora alimentos a Qatar, sino que su espacio terrestre, marítimo y aéreo es usado por Turquía y otros países para enviar alimentos y otros productos al emirato. Qatar Airways utiliza también los pasillos aéreos iraníes para llegar a muchos de sus destinos.
Arabia Saudí no ha conseguido tampoco que EEUU apoye su postura anti-qatarí, dado que Washington valora las relaciones con el pequeño emirato, que alberga la mayor base norteamericana en la región, utilizada para las operaciones del Pentágono en Iraq y Afganistán.
“A pesar de las declaraciones anti-qataríes del presidente Donald Trump, que mostraron una completa ignorancia hacia el valor estratégico de Qatar para EEUU, la respuesta del Departamento de Estado fue muy diferente”, señala Ayoub, que añade que cualquier amenaza de fuerza contra Qatar haría frente a una oposición norteamericana.
En base a estos factores, Qatar puede desafiar a Arabia Saudí y a los EAU (Egipto y Bahrein apenas cuentan para Qatar). El 23 de agosto Qatar anunció que buscaría “reforzar las relaciones con la República Islámica de Irán en todos los campos” e hizo volver a su embajador a Teherán tras una conversación telefónica entre los ministros de Exteriores qatarí e iraní. Esto supuso una notable victoria para Irán y una derrota del control saudí sobre los estados del Consejo de Cooperación del Golfo.
Otro factor a tener en cuenta es que la crisis de Qatar ha contribuido a mejorar las relaciones entre Irán y Turquía, dado que este último país ha tomado partido por el emirato, que constituye su único aliado en la región. Esto ha llevado, a su vez, a un deterioro de los vínculos entre Ankara y Riad. Turquía ha enviado tropas a una base en Qatar y ha condenado la exigencia del bloque anti-qatarí para que tal base sea desmantelada.
El Parlamento de Turquía ha autorizado el despliegue de 3.000 a 5.000 soldados turcos en Qatar para ayudar al emir a hacer frente a cualquier intentona de golpe apoyada por Arabia Saudí o a cualquier agresión externa.
De este modo, los fracasos saudíes, fruto sobre todo de los errores de juicio del príncipe Muhammad bin Salman, han allanado el camino para recientes victorias de Irán. “La hábil diplomacia iraní y una paciencia sin límites han llevado finalmente a Irán a lograr importantes ganancias. La aproximación de Irán a Qatar y a Turquía, dos países mayoritariamente sunníes, ha servido también para derribar el mito de un enfrentamiento entre shiíes y sunníes.
“Este instrumento de propaganda saudí ha perdido ahora toda credibilidad”, indicó Ayoub.
Source: Diverso