La representante del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en Yemen, Meritxell Relaño, consideró al 2017 uno de los peores para los niños de ese país, sumido en un conflicto desde marzo de 2015.
Más de 80 niños murieron o resultaron heridos solo en diciembre, y millones enfrentan una epidemia de cólera e inminente hambruna, alertó la representante. Ante la escalada de enfrentamientos se interrumpieron muchos servicios de salud, mientras el bloqueo a varias localidades dificulta la entrega de suministros. Además, los niveles de pobreza en las familias alcanzan niveles insostenibles, añadió Relaño.
Si no logra alcanzarse una solución política a los enfrentamientos, muchos más niños morirán y la situación seguirá empeorando, advirtió la representante de Unicef.
Para compensar algunas de esas necesidades, el Fondo para la infancia despliega mayores ayudas con el fin de alcanzar a más de un millón de familias en Yemen.
También apoya los esfuerzos para suministrar vacunas y poner en práctica una campaña de inmunización contra la poliomielitis dirigida a beneficiar a unos cinco millones de niños y proporcionar tratamiento a 200.000 con desnutrición aguda.
La representante de Unicef en Yemen destacó el trabajo del personal local sobre el terreno.
Los más de mil días de conflicto en Yemen provocaron hambre generalizada, desnutrición, desplazamientos internos, el mayor brote de cólera en el mundo, un alarmante brote de difteria y otros complejos desafíos humanitarios, según el coordinador de Ayuda de Emergencia de la ONU, Mark Lowcock.
La crisis en Yemen figura entre las principales preocupaciones de Naciones Unidas este año, pues a pesar de los esfuerzos por aliviar el conflicto, más de 22 millones de personas necesitan ayuda humanitaria, afirmó.
Miles de civiles, incluyendo cientos de niños, han muerto en Yemen tras el inicio de la agresión saudí en marzo de 2015.
Source: Prensa Latina