Gran Bretaña ya no es una gran potencia a pesar de los sueños de grandeza que los dirigentes británicos parecen mostrar de vez en cuando, como sucedió recientemente cuando la primera ministra, Theresa May, dio un ultimátum a Rusia en relación al reciente caso del espía Serguei Skripal, de cuya muerte Londres ha acusado a Moscú sin aportar ni una sola prueba que avale tal pretensión. Poco trabajo le costó a la portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, Maria Zajarova, poner en su sitio a los arrogantes dirigentes británicos cuando señaló que a una potencia nuclear como Rusia no se le daban ultimátums de 24 horas.
Por supuesto, Rusia no juega de farol. Moscú sabe que Gran Bretaña depende en buena medida del gas ruso y no hay duda de que el gobierno y los círculos económicos británicos temen que Moscú decida cortar las exportaciones de gas a la isla en el caso de que la actual crisis diplomática entre ambos países, que ha llevado a una expulsión de 23 diplomáticos de cada parte, se salga de control.
Serguei Skripal, ex espía ruso que vivía en el Reino Unido, fue encontrado hace más de dos semanas en coma en un centro comercial de la ciudad de Salisbury.
Según el periódico Metro, una ola de aire frío llegará desde Siberia al Reino Unido esta semana y las autoridades británicas temen que Moscú suspenda las exportaciones de gas.
La fuerte ola de frío en el Reino unido ha reducido al mínimo las reservas de gas británicas. Si una nueva ola de frío llega, Londres tendría una necesidad apremiante de gas de Rusia.
El Reino Unido lleva a cabo otras muestras llamativas de exhibición de su supuesto poder militar, como la decisión de enviar a uno de sus barcos en marzo a las disputadas islas del Mar de la China Meridional, de las que China reclama la soberanía y donde ha construido diversas instalaciones como puertos y aeropuertos.
Imitando las acciones norteamericanas, el ministro de Defensa británico, Gavin Williamson, habló de enviar un barco de guerra a dicha zona para afirmar “el derecho de Gran Bretaña a ejercer su libertad de navegación”.
El periódico chino Global Times, que expresa los puntos de vista de los círculos nacionalistas de la élite política china, señaló que el Gran Bretaña estaba “tratando de llamar la atención” al enviar el barco y calificó la acción británica de “provocación”.
“La Royal Navy debería comportarse de forma modesta cuando pase por las aguas del Mar de la China Meridional. Al actuar de forma dura contra China, el Ministerio de Defensa británico está tratando de justiciar su existencia y atraer la atención”.
Y todo ello en un momento en el que la Unión Europea continúa rechazando las demandas británicas sobre el Brexit y colocando a Londres en una posición muy difícil.
Source: Periódicos