Tres parlamentarios israelíes irrumpieron el lunes en el complejo de la Mezquita Al Aqsa, en la Ciudad Vieja de Jerusalén, un lugar sagrado para la religión musulmana.
El hecho se da una semana después de que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, autorizara a sus legisladores a ingresar en el complejo, lo que generó el inmediato rechazo de la comunidad musulmana de la ciudad santa, que catalogó el hecho de provocación del gobierno sionista.
Amir Ohana y Ehud Glick, del derechista partido Likud; y Shiri Muallem, del partido de extrema derecha Jewish Home, conocido por sus posturas antiárabes y antipalestinos, recorrieron el complejo musulmán bajo una fuerte supervisión policial.
Los tres miembros del Knesset (Parlamento), que apoyan la idea de destruir Al-Aqsa de construir sobre sus ruinas un templo judío, abandonaron el complejo después de completar su recorrido y tomar fotografías y grabaciones de video.
Otro miembro del Likud, así como el ministro de Agricultura de Israel, Yair Shamir, ingresaron la víspera a la mezquita y llevaron a cabo un recorrido similar por sus patios y plaza principal.
El Awqaf musulmán, institución que está a cargo de los lugares sagrados musulmanes en Jerusalén, condenó la decisión de Netanyahu de permitir que legisladores y funcionarios ingresen al área de la mezquita, y advirtió que tales acciones podrían provocar un conflicto religioso.
Hace tres años, Netanyahu se vio obligado a prohibir la entrada de los funcionarios a Al Aqsa debido al estallido de protestas en la Cisjordania ocupada por las repetidas incursiones de los colonos israelíes en el lugar.
De acuerdo con la Organización para la Liberación de Palestina, aunque la reciente decisión del presidente de EEUU, Donald Trump, de reconocer Jerusalén como capital israelí ha levantado numerosas protestas a nivel internacional, también ha impulsado las autoridades sionistas, quienes han aumentado las acciones represivas contra el pueblo palestino.
La Mezquita Al Aqsa es el tercer lugar sagrado del Islam; los palestinos denuncian que el régimen de Tel Aviv pretende transformar el recinto y eliminar su identidad islámica, a fin de convertirlo en un templo judío.
Source: PL