El joven saudí de 23 años Munir al Adam, ha sido sentenciado a muerte por supuestos “ataques a la policía” durante unas protestas en la Provincia del Este, una región mayoritariamente shií, a finales de 2011. Él fue arrestado en febrero de 2012 por haber tomado parte en manifestaciones de protesta en la ciudad de Qatif cuando tenía sólo 18 años.
Adam es parcialmente ciego y estaba parcialmente sordo en el momento en el que las fuerzas saudíes le arrestaron. Sin embargo, él está ahora completamente sordo de un oído debido a los maltratos brutales a los que la policía le sometió durante la custodia.
La familia de Adam señaló que sus confesiones sobre cualquier delito le fueron extraídas bajo tortura.
El propio Adam, un trabajador que opera en el sector de cables de acero, dijo que firmó un documento admitiendo haber cometido los ataques contra la policía tras ser repetidamente torturado para confesar. Él también fue acusado de “enviar textos” para organizar protestas antigubernamentales a pesar de que él era, según su declaración, demasiado pobre para tener un teléfono celular.
“El caso atroz de Munir Adam ilustra cómo las autoridades saudíes están demasiado inclinadas a someter a sus súbditos más vulnerables a la hoja de la espada -incluyendo a jóvenes y personas con discapacitación-”, dijo la directora del grupo británico Reprieve’s Death Penalty, Maya Foa.
“Al igual que muchos otros, Munir fue arrestado por acudir supuestamente a protestas y torturado para extraerle una confesión. Él fue tan duramente golpeado que perdió la capacidad de oír en un oído. Es un escándalo que Munir pueda ser ahora decapitado por una declaración que se le extrajo en tales condiciones”, añadió.
Arabia Saudí tiene una de las tasas de ejecuciones mayores del mundo y el método usual empleado es la decapitación. Ni siquiera el hecho de ser mentalmente discapacitado impide a las autoridades del reino aplicar la pena de muerte. La mayoría de las ejecuciones son llevadas a cabo en lugares públicos y, en algunos casos, los cadáveres decapitados son colgados en plazas públicas para que sirvan de ejemplo.
“En Arabia Saudí la gente es sentenciada rutinariamente a muerte tras juicios gravemente injustos y tenemos un incremento en el número de ejecuciones en los pasados dos años, una tendencia que no muestra señales de abatimiento en 2016”, dijo Sara Hashah, portavoz de la sección de Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional, el pasado mes de Julio.
Pese a todo, Arabia Saudí ha sido reelegida miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Pese a este brutal historial en derechos humanos, Arabia Saudí es el gran aliado de EEUU y el Reino Unido en Oriente Medio.
Source: Agencias