China y Rusia están fortaleciendo cada vez más sus relaciones militares. ¿Las grandes maniobras de Vostok-2018 anunciaron la creación de una alianza chino-rusa contra EEUU?
La mayor maniobra militar en la historia de Rusia, Vostok-2018, se llevó a cabo con la participación de 300,000 soldados rusos y 3,200 soldados chinos, para disgusto de Washington, que ha aprobado sanciones contra estos dos países, alegando que están amenazando la seguridad nacional de EEUU.
Es la primera vez que Rusia invita a un país que se encuentra fuera de un círculo de ex aliados soviéticos a sus mayores ejercicios anuales. Los cinco días de maniobras en el este de Rusia, cerca de la frontera con China, mostraron hasta qué punto las dos partes van más allá de unas meras manifestaciones simbólicas de la fuerza.
¿Es este el comienzo de una alianza militar contra el bloque occidental o un simple mensaje a la Casa Blanca?
La revista estadounidense The Atlantic plantea este tema afirmando que “un verdadero eje chino-ruso aún está por ver la luz”. Sin embargo, no deja de advertir a Occidente que siga de cerca la profundización de las relaciones entre China y Rusia y afirma las acciones del presidente Trump para presionar a ambos países, con medidas poco meditadas, empuja a ambos hacia una alianza militar.
The Atlantic luego se refiere a las disputas territoriales que separaron a los dos países durante más de 50 años. Sin embargo, China y Rusia pusieron fin a sus disputas en 2008 mediante la firma de acuerdos bilaterales. Diez años después, el presidente chino, Xi Jinping, entregó la primera medalla de amistad de la República Popular de China a su homólogo ruso, Vladimir Putin, a quien llamó “un viejo amigo” y “un buen amigo” del pueblo chino.
Los dos países se han unido cada vez más en el marco de la Organización de Cooperación de Shanghai, que garantiza los intereses regionales sino-rusos y cierra el paso a EEUU en el continente asiático, y el BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), que garantiza su intereses internacionales.
China y Rusia son como dos piezas del mismo rompecabezas. Ambos se complementan entre sí. China adquiere el armamento diverso y sofisticado de Rusia mientras que Rusia se beneficia de la economía rica y moderna de China.
En marzo pasado, el grupo ruso de investigación y producción Tecmash anunció la producción conjunta de drones con China. Esto es precisamente lo que EEUU quería lanzar, con inversiones de los países de la cuenca del Golfo Pérsico, pero que no ha logrado realizar por la falta de unidad entre ellos.
Sin embargo, China y Rusia, que están preocupados por el acceso y la presencia de EEUU en Asia y en las aguas libres de su alrededor, han intensificado la cooperación militar en nuevas áreas. Las dos partes aún no han logrado crear una alianza como la OTAN, que compromete a sus miembros a hacer frente al país que ataque a los intereses de uno de ellos y también a defenderse mutuamente.
En cuanto a las relaciones económicas bilaterales, ellas se han desarrollado en varios campos. Ambos países firmaron un acuerdo en 2015 que permitirá a China adquirir decenas de miles de millones de metros cúbicos de gas natural ruso.
El comercio entre los dos países aumentó en un 20% el año pasado, hasta los 84.000 millones de dólares. En julio, el Banco de Desarrollo de China prestó más de 9.000 millones de dólares a un banco estatal ruso para financiar un proyecto de infraestructura de comunicación entre los dos países. Y, lo más importante sin duda, es el proyecto de la Ruta de la Seda, que debe acortar la ruta comercial con Occidente y que también pasa por Rusia.
¿Adónde lleva todo esto?, se pregunta The Atlantic.
“China tradicionalmente ha evitado alianzas formales y el presidente chino reafirmó esta política en abril. Hasta el momento, no hay un bloque sino-ruso que temer. Pero no se equivoquen: la línea dura de la administración Trump y la forma en que algunos políticos y miembros de la prensa estadounidense tratan a China, como el nuevo enemigo, está a punto de convertirse en una profecía autocumplida.”
“China y Rusia se apoyarán firmemente entre sí si están acorralados”, añade la publicación.
Source: The Atlantic