Después de la derrota de los terroristas en el Sur de Siria y tras perder la esperanza de que estos grupos puedan derrotar al Ejército sirio, o al menos lograr establecer una zona colchón en la frontera con los territorios palestinos ocupados, Israel se ha encontrado con un resto desagradable de su política de apoyo al terrorismo: los militantes heridos que reciben atención sanitaria en los hospitales de la entidad sionista.
Muchos analistas se preguntan que hacer con estos heridos ahora: ¿Devolverlos a Siria o buscar otros países que estén dispuestos a recibirlos? Según medios israelíes, estos heridos constituyen una costosa carga para Israel. Los hospitales de Safad, Tiberíades, Nahariya y Haifa donde están alojados estos individuos sufren de dificultades financieras debido a los recortes de presupuesto y no pueden permitirse costear estos tratamientos y menos ahora que el gobierno israelí ha perdido interés por ellos. De hecho, el Ministerio de Sanidad israelí ha anunciado que quiere poner fin a la financiación de su tratamiento.
El general de brigada Eyal Ben Reuven, diputado de la Knesset israelí y miembro de su Comité de Defensa y Exteriores, afirmó en declaraciones al periódico Makor Rishon que es posible que Israel intente negociar con Siria por vía indirecta un retorno de los heridos. “Damasco está dispuesto a acoger y garantizar la seguridad de los heridos de nacionalidad siria siempre que ellos se acojan a la amnistía del gobierno sirio y se comprometan a no volver a empuñar las armas contra el Estado sirio”, dijo. En caso contrario, ellos podrían ser acusados de terrorismo y traición.
Otra posibilidad es que Israel intente que la ONU busque uno o varios estados que estén dispuestos a acoger a estos terroristas, lo cual no será fácil teniendo en cuenta la vinculación de la mayoría de ellos al Frente al Nusra u otras organizaciones vinculadas a Al Qaida. Reuven comparó esta posibilidad al asilo concedido por el Reino Unido a los Cascos Blancos.
Cuatro hospitales israelíes comenzaron a recibir a heridos de grupos armados opositores sirios a partir de 2013. Según el mencionado diario, Israel trató a 3.525 de estos heridos. La principal carga de este tratamiento recayó sobre el hospital de Nahariya, donde fueron tratados 2.352 de ellos. El hospital Rambam de Haifa trató a 186 y el de Ziv, en Safad, lo hizo con 806. En Tiberíades 181 pacientes fueron atendidos.
El coste de estos tratamientos ascendió a 250 millones de shekels (unos 68 millones de dólares), pero los hospitales recibieron sólo el 40% de esta cantidad del Ministerio de Sanidad y el resto tuvo que ser financiado con el propio presupuesto de los hospitales. Naturalmente, esta ayuda sanitaria no tuvo propósitos “humanitarios”, sino que fue un intento israelí de ayudar a los grupos terroristas en Siria.
Source: Medios israelíes