Los medios de comunicación marroquíes están tratando de ignorar la exclusión del ejército marroquí de un ejercicio naval árabe realizado en Arabia Saudí, que ha causado “malestar” en Rabat. De acuerdo con el sitio web Algerie Patriotique, la participación del ejército marroquí en esta maniobra conjunta, en la que tomaron parte algunos ejércitos de Oriente Medio y el Golfo Pérsico, era “indeseable”.
En realidad, la noticia podría chocar por cuanto la política marroquí ha mostrado en los últimos años, en una mayor o menor medida, su sumisión a la saudí. Sin embargo, parece que en los últimos años, Marruecos ya no quiere seguir ciegamente a Riad y reclama un mayor apoyo en el tema del Sáhara Occidental. Marruecos se ha negado a secundar el bloqueo de Arabia Saudí contra Qatar, mostrando así un deseo de autonomía estratégica que sabe mal en Riad.
En el mes de diciembre, Mohammed Bin Salman realizó una gira por el Norte de África que le llevó a Túnez, Argelia y Mauritania, pero que dejó de lado Marruecos. Algunos medios marroquíes se preguntaron entonces sobre las razones de la exclusión de Marruecos de tal gira.
Una fuente marroquí dijo entonces a Sputnik que “Marruecos no deseaba esta visita. Sin embargo, no podía rechazarla abiertamente para no chocar frontalmente con los saudíes, que continúan siendo un socio importante. Se buscó un subterfugio que hacía referencia a la no disponibilidad del rey Mohammad VI y a la posibilidad de que MBS fuera recibido por el hermano del rey, Moulay Rachid, algo que los saudíes previsiblemente rechazaron”.
Para Samir Bennis, la visita abortada es la culminación de la crónica de una relación degradada. Con el ascenso de MBS al poder en 2017, “los canales de comunicación entre los dos países se han deteriorado gravemente”.
“Mohamed Bin Salman tiene cálculos estratégicos que no son necesariamente compatibles con los intereses de Marruecos. Rabat siempre ha tenido relaciones privilegiadas con los países del Golfo, incluido Qatar, y especialmente desde la adhesión al trono qatarí del emir Sheij Tamim Bin Hamad Al Thani. Marruecos no está listo para alienar a Doha y ser arrastrado por Arabia Saudí a una aventura donde no tiene nada que ganar”, continúa el analista marroquí.
Durante la crisis de 2017, la “neutralidad positiva” de Marruecos, que buscó desplegar esfuerzos de mediación, fue mal recibida por Riad, que sospechaba que el reino jerifiano quería sabotear sus planes contra Qatar. Las ayudas humanitarias enviadas a Qatar y el rechazo al bloqueo irritaron a los saudíes. Por otro lado, una fuente diplomática europea dijo a Sputnik que “no se puede subestimar el malestar del rey al ver a varios de sus amigos atacados por Bin Salman en noviembre de 2017”.
Ciertamente, Marruecos continúa recibiendo apoyo económico saudí, pero, según Bennis, “no conviene exagerar la importancia de las ayudas otorgadas por Arabia Saudí al reino, que hoy en día se enmarcan en un contexto regional”. Los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) están vinculados por un acuerdo de ayuda financiera para compensar la imposibilidad de que el reino jerifiano se adhiera a esta organización intergubernamental.
A Arabia Saudí le corresponde entregar una ayuda de 1.500 millones en un plazo de cinco años (2012-2017), pero en comparación con otros países como Qatar o Kuwait, que han sumistrado ya su parte, Arabia Saudí solo ha entregado hasta ahora 800 millones. Aparte de estas ayudas, Arabia Saudí tiene inversiones en Marruecos por valor de 3.000 millones de dólares y el volumen de intercambios comerciales bilaterales alcanza esa misma cantidad.
Sin poner en peligro sus intereses económicos con Arabia Saudí, Marruecos ahora aspira a una relación más equilibrada, “de iguales”, dijo Samir Bennis. Sin embargo, no se ve que las monarquías del Golfo sean fervientes partidarios de Marruecos en la cuestión del Sahara.
“Es un apoyo débil. Cuando Marruecos observó una neutralidad positiva en la crisis de 2017, algunas cadenas de televisión saudíes comenzaron a chantajear a Rabat, poniéndose del lado del Frente Polisario. La falta de apoyo saudí a la candidatura de Marruecos a la Copa del Mundo también se incluye en este capítulo”.
En junio de 2018, Marruecos fracasó, por quinta vez en su historia, en albergar el Mundial de fútbol. Frente a la candidatura estadounidense, Rabat cosechó un sonoro fracaso: solo 65 votos se otorgaron al proyecto Marruecos 2026, contra 134 que apoyaron United 2026. Entre los “hermanos árabes” traidores estuvieron Arabia Saudí, Bahrein y los Emiratos Arabes Unidos, que apoyaron la candidatura estadounidense. “No solo eso, sino que también presionaron a otros países (árabes y africanos) para que votaran a favor de la candidatura de EEUU. Nunca, en los días de los reyes Fahd o Abdulá se había producido semejante traición.
“Esto, de nuevo, fue una respuesta a la actitud de la diplomacia marroquí en el caso del bloqueo contra Qatar. Esta traición fue una de tantas razones por las que Marruecos está actualmente en proceso de reformular sus relaciones con Arabia Saudí y sus aliados, de los que nunca ha obtenido un respaldo claro y sólido en el tema del Sahara. Marruecos se ha cansado de apoyar a Arabia Saudí sin recibir a cambio un apoyo concreto para el Sahara”, concluye Samir Bennis, ex asesor político de la ONU.
A diferencia de sus vecinos, argelinos, mauritanos y tunecinos, que han expresado, de una u otra forma, su apoyo a MBS en el caso del asesinato del periodista Yamal Khashoggi, Marruecos no ha pronunciado ni una una palabra en este tema. ¿Otra manifestación de este deseo de replantear su política?
Source: Sputnik