El pasado miércoles, representantes de Ansarulá dijeron a Martin Griffiths, emisario de la ONU que “en tanto que la agresión contra Yemen prosiga, las fuerzas yemeníes continuarán atacando Arabia Saudí en profundidad”. Unas horas después de que se produjeran nuevos ataques contra zonas civiles en Yemen, los misiles de Ansarulá se abatieron sobre las posiciones de los militares saudíes en Nayran, en el suroeste de Arabia Saudí.
“Un misil balístico de tipo Zelzal-1 lanzado por las fuerzas yemeníes contra las posiciones militares saudíes en Al Said, provincia de Nayran, causó varios muertos y heridos en el lado del enemigo”, afirmó un comunicado yemení, que puso el acento en los ataques híbridos de las fuerzas yemeníes, que implican a drones, misiles y artillería contra objetivos situados en las tres provincias del sur saudí.
Según fuentes locales, el retiro de los Emiratos Árabes Unidos de la coalición ha tenido un efecto devastador sobre el Ejército saudí, que, que ya sufría de falta de efectivos en el sur de Arabia Saudí y ahora se ha visto obligado a desplegarse en Adén y otras zonas del sur de Yemen, Al Hudaidah y Dhale para sustituir al Ejército emiratí. Los efectos de la retirada de los EAU fueron casi inmediatos: el miércoles, las bases de los mercenarios en la nómina del régimen de Riad en Taiz, una provincia estratégica situada entre Adén y Al Hudaidah, fueron bombardeadas y los mercenarios fueron obligados a retirarse. En Dhalé, otra provincia del sur de Yemen, no lejos de Adén, se producen enfrentamientos en el distrito estratégico de Qaatabah y varios ataques importantes de los mercenarios contra la parte occidental del distrito fueron violentamente rechazados.
El número de muertos fue elevado en el lado saudí y gran número de mercenarios sudaneses están desertando masivamente. Las posiciones de los mercenarios en Qaatabah fueron el blanco de los ataques con misiles térmicos de las fuerzas yemeníes, que causaron graves daños en bajas y en el equipo militar de los mercenarios pro-Riyad. En Qaatabah, Ansarulá utiliza todo su arsenal, ya que es la base trasera de Adén, la principal ciudad del sur de Yemen.
En el curso de los enfrentamientos de los últimos meses en Qaatabah, 315 miembros de la coalición, incluyendo 19 altos oficiales, han muerto y otros 620 resultaron heridos. En la provincia de Dhale, los mercenarios pro-saudíes controlan solo el 45% del distrito de Ad Dali y el resto está bajo el control de las fuerzas yemeníes. Los intentos de la coalición saudí de tomar esta provincia han fracasado.
Los analistas señalan que las fuerzas yemeníes están ahora en una posición ventajosa mientras que la decisión emiratí de retirar sus principales fuerzas de Yemen obligará al Ejército saudí a luchar en el sur de Yemen al mismo tiempo que el sur de Arabia Saudí aumentando los costes de la guerra. En Al Hudaidah, los mercenarios saudíes se han visto obligados a aceptar el retorno de los “oficiales de comunicación” de Ansarulá a la ciudad, un signo de que Riad ha adoptado ahora una postura tendente a la capitulación.
Según fuentes bien informadas, algunas voces dentro de Arabia Saudí están ahora pidiendo a Mohammed bin Salman que siga el ejemplo de los EAU y proceda a la salida de las tropas de Yemen y acepte su derrota. “Es hora de que Riad retire sus tropas de Yemen”, escribió el martes el Washington Post.
“Por temor a tener que sufrir los ataques con misiles y drones de Ansarulá, los emiratíes han estado llamando a la puerta de Irán y los iraníes les dijeron que se retiraran de Yemen para evitar la catástrofe”, escribe Elijah Magnier, experto libanés en asuntos internacionales. “Puede ser el momento adecuado para que Riad siga el ejemplo de Abu Dhabi y llame a la puerta de Teherán antes de que sea demasiado tarde”, dijo.
Source: Agencias