Según el Consejo del Atlántico, la influencia regional de Irán ha aumentado paradójicamente desde que EEUU reforzó sus sanciones contra dicho país.
Un destacado think tank estadounidense ha rechazado la retórica triunfalista de los funcionarios de la Casa Blanca sobre el impacto de las sanciones unilaterales de EEUU y sus supuestos efectos en el papel regional de Irán, diciendo que el peso de Teherán no deja de crecer por un extraño efecto péndulo. El artículo en el sitio web del Consejo Atlántico esta firmado por Kenneth Katzman.
Las sanciones impuestas unilateralmente por EEUU a Irán no pudieron lograr sus objetivos y Washington ahora está confundido y no sabe qué hacer con respecto a Teherán.
La administración Trump ha impuesto sanciones a sectores clave de la economía iraní desde noviembre de 2018, como resultado directo de su retiro del Plan de Acción Integral Conjunta. (PAIC).
La administración Trump justificó su retiro del acuerdo afirmando el levantamiento de las sanciones ayudaría a Irán a fortalecer sus capacidades y ejercer una influencia cada vez mayor en Oriente Medio. Según Trump y otros funcionarios de EEUU, la retirada de EEUU del PAIC y el restablecimiento de nuevas sanciones probablemente ejercerían una “máxima presión” sobre Irán, lo que le privaría de los ingresos necesarios para financiar, armar y formar una vasta red de aliados regionales.
Trump incluso afirmó que el restablecimiento de las sanciones harían de Irán “un país muy diferente”. Él y otros funcionarios estadounidenses llegaron a decir que el retorno de las sanciones dañarían la economía iraní y socavarían el peso regional de Irán. Pero no ha sido así. Los datos muestran que el impacto económico de las sanciones no ha tenido ningún impacto en las decisiones políticas de Irán y que Washington no ha podido ganar su batalla contra Irán.
Según la lógica de Trump, la influencia de Irán debería de haberse reducido en estos últimos años. Sin embargo, los hechos y las tendencias demuestran justo lo contrario y sugieren que las sanciones norteamericanas y la influencia regional de Irán son independientes unas de otras.
Las sanciones no han impedido a Irán ayudar a Siria a fortalecer sus victorias militares contra los terroristas y tampoco han impedido a Irán beneficiarse del éxito logrado por el movimiento Ansarulá en el campo de batalla de Yemen frente a una coalición dirigida por Arabia Saudí y apoyada por los países occidentales. Más de cuatro años después del inicio de la guerra, la coalición árabe se hunde, se rompe y busca un medio de salir de este conflicto.
En Iraq, Teherán ha intervenido para ayudar a Bagdad a acabar con el grupo terrorista Daesh. Hoy una gran parte de las organizaciones del Hashid al Shaabi (las Fuerzas de Movilización Popular de Iraq) son consideradas aliadas de Irán.
En el Líbano, Hezbolá ha reforzado su influencia política y su poder militar y nada indica que su determinación haya cambiado. De este modo, la posición de Irán en Iraq, Yemen, Siria y otros lugares se ha reforzado, lo cual muestra el fracaso de la política de la Casa Blanca hacia Irán.
Source: Sitios Web