El primer ministro del Líbano, Saad Hariri, pidió seis meses de plazo para aplicar reformas con las cuales espera sortear una crisis económica que de continuar llevará el país a la bancarrota.
En una entrevista difundida hoy por el canal CNBC, Hariri solicitó ese periodo de gracia a la comunidad internacional que, en una reunión en París, en abril de 2018, prometió créditos y préstamos blandos por un valor de 11.000 millones de dólares.
A ese apoyo financiero solo accederá el Líbano con la implementación de medidas sugeridas por los donantes y prestamistas que asistieron a la cita parisiense.
Una de las primeras decisiones, agregó el jefe de Gobierno, consiste en reducir el déficit presupuestario a siete por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), a manera de controlar finanzas públicas y disminuir la deuda pública.
En la actualidad, la deuda pública libanesa supera los 85.000 millones de dólares, equivalente a más de 150 por ciento del PIB.
Hace una semana un informe de Standard & Poor’s auguró que el Líbano podría recibir una rebaja de la calificación crediticia si sus reservas de divisas continuaban en declive.
Con el país sufriendo años de bajo crecimiento económico, la aplicación de reformas se considera urgente para poner las finanzas estatales en un camino sostenible.
Este lunes, el Consejo de Ministros declaró estado de emergencia económica para el país y se prepara con vistas a adoptar medidas estimadas impopulares que lo saquen de la creciente crisis.
Según Hariri, que con la agilización de las reformas se evitará un escenario similar al de Grecia, que hace nueve años cayó en bancarrota y requirió una austeridad severa bajo la estricta supervisión de los acreedores extranjeros.
Los analistas aseguran que el gran déficit financiero libanés se deriva de años de despilfarro, corrupción y política sectaria.
Source: PL