El súbito colapso de los grupos terroristas en los barrios del Este de Alepo continúa y constituye un misterio para las potencias regionales y occidentales, que creyeron que la batalla de Alepo sería larga y dura, máxime teniendo en cuenta la importancia estratégica de la ciudad.
Sin embargo, resultó ser lo opuesto. En dos semanas, el Ejército sirio ha tomado prácticamente toda la bolsa del Este de Alepo y los distritos fueron cayendo uno tras otro como un dominó.
Existen varios factores que han facilitado el colapso de los militantes, incluyendo los enfrentamientos internos entre diferentes facciones, que llegaron al punto de protagonizar choques armados entre ellas. Otros han citado la falta de apoyo de Turquía, que está llevando a cabo su propia campaña en el norte de Siria y que tomó nota de las advertencias de Moscú y Damasco.
Uno de los principales factores ha sido, sin duda, la profesionalidad y el coraje de los soldados sirios que han logrado proezas que muchos otros ejércitos envidiarían en un terreno tan difícil como la lucha urbana. Sin embargo, existe otra razón fundamental en la rapidez del éxito de esta campaña que es, según el periódico libanés As Safir, una extensa operación llevada a cabo por los servicios de inteligencia sirios.
Esta operación comenzó en 2012, cuando los terroristas tomaron el Este de la ciudad de Alepo y se incrementó en este año, dijo una fuente familiarizada con la misma a As Safir.
“El esfuerzo de decenas de agentes de inteligencia sirios y de centenares de colaboradores y confidentes sobre el terreno durante largos meses, durante los cuales todos ellos tuvieron que hacer frente a numerosas dificultades y desafíos, allanó el camino para que el Ejército sirio lograra una gran y rápida victoria en los distritos del Este de la ciudad”, señaló la fuente.
El servicio de inteligencia sirio logró infiltrar agentes en todas las estructuras militares, de seguridad, económicas y de información de los grupos armados en Alepo llegando a acceder al liderazgo de los mismos. Gracias a este proceso intrusivo, el Estado sirio pudo disponer de una información completa y continuada en los pasados meses, semanas y días sobre los grupos armados, incluyendo imágenes de objetivos y sus coordenadas exactas, e incluso de los debates internos habidos dentro de las salas de operaciones de los terroristas.
Una de las grandes sorpresas de los terroristas y sus patrocinadores fue el fracaso de la Gran Operación Épica en el Oeste de Alepo, dirigida a romper el cerco de los militantes en el Este de Alepo. La operación buscaba hacer que el Ejército retirara fuerzas de esta última región para trasladarlas al Oeste con el fin de rechazar la ofensiva. Los terroristas sitiados en el Este de Alepo iniciarían entonces un amplio ataque para enlazar con sus correligionarios que operaban en el Oeste de la ciudad. Para lograr estos objetivos los grupos terroristas reunieron a miles de combatientes así como una gran cantidad de material militar, incluyendo tanques y coches bomba.
El Ejército sirio, sin embargo, abortó la ofensiva y ésta dejó un balance de cientos de terroristas muertos. El Ejército tendió una emboscada a los militantes causándoles una gran confusión y un alto número de bajas. Al final, ellos tuvieron que retirarse sin lograr ninguna ganancia. Todo ello se debió en buena medida a que el Ejército sirio conocía todos los planes, fuerzas implicadas y tiempos de la ofensiva gracias a las redes de espionaje que operan en las filas de los grupos armados.
Aunque la fuente de As Safir consideró prematuro el desvelar muchos detalles de las operaciones de inteligencia en el Este de Alepo debido a que los combates todavía no han finalizado y existen muchos agentes de inteligencia trabajando todavía dentro de las filas terroristas allí, sí reveló que las operaciones de inteligencia habían proporcionado información clave sobre todas las posiciones de los militantes, sus planes, sus fuerzas en los distritos y las coordinadas de los distintos objetivos.
De este modo, cuando la aviación y la artillería sirias comenzaron a destruir con una precisión matemática los objetivos clave -como fortificaciones y depósitos de armas y municiones- de los terroristas, esto creó una situación de confusión entre los mismos y algunos expresaron en sus medios que se sentían “expuestos y desnudos”.
Dicha situación produjo acusaciones de traición y recriminaciones entre los propios grupos y a la creación de una creciente desconfianza entre los mismos. Esto, a su vez, llevó a que cada grupo comenzara a actuar de forma independiente y sin una coordinación.
El dirigente del grupo Nureddin al Zinki, Abu Bashir, que es también el jefe militar del Yaish Halab (El Ejército de Alepo), escribió en su cuenta de Twitter que “si no fuera por los traidores, habríamos podido hacer frente al enemigo”. El grupo ha llevado a cabo investigaciones en los pasados días para intentar descubrir las redes de espionaje que han entregado información a las autoridades sirias. El grupo habló de “la presencia de traidores que llevaban cámaras ocultas y han estado filmando todo lo que hacíamos desde hace mucho tiempo”. Algunos de estos informantes han logrado alcanzar la seguridad tras las líneas del Ejército sirio.
La eliminación de líderes terroristas ha sido también una posible gracias a las redes de espionaje. Así por ejemplo, Abdul Rahman Nur resultó muerto en un ataque del Ejército horas después de haber sido nombrado comandante en jefe del Yaish Halab. Esto fue otra muestra más del grado de penetración logrado por los servicios de inteligencia sirios dentro de los grupos terroristas.
Este particular incidente provocó una profunda desconfianza entre los grupos terroristas y allanó el terreno a la división del Yaish Halab en dos diferentes bloques. Una fuente del llamado Ejército Sirio Libre dijo a As Safir dijo que el ataque mortal contra Abdul Rahman Nur fue el último clavo en el ataúd del Yaish Halab.
Source: Agencias