Miembros del comité ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina auguraron hoy aquí el fin de la administración del primer ministro israelí, Benyamín Netanyahu.
En sesión plenaria del Foro de Doha, Hanan Asharawi y Saeb Erekat, integrantes de dicho órgano directivo, coincidieron en que el gobernante, imputado por corrupción, no continuará en el poder luego que se celebren las elecciones de marzo venidero en una tercera ronda del “pueblo israelí” en las urnas.
Aunque para Asharawi, el fin del actual mandato no signifique una mejora para Palestina, Erekat dejó la puerta abierta y afirmó que si un futuro gobierno quisiera hacer las paces deberá tener en cuenta condicionantes inapelables.
Ellas son el fin de la ocupación, el establecimiento de un Estado palestino independiente en las fronteras de 1967, con Jerusalén Oriental como su capital, y resolver los temas de corrupción y la situación de refugiados de acuerdo con las resoluciones internacionales.
Entonces nosotros extenderemos la mano para resolver el conflicto por la vía de las leyes internacionales, aseguró.
No obstante, ambos oradores reconocieron que aún no se vislumbra una solución, pese a la necesidad y la confianza del pueblo palestino en el logro de la paz.
En opinión de Asharawi, aunque las Naciones Unidas ha hecho muchas propuestas, ninguna se ha implementado hasta la fecha de modo tal que se ponga fin al sufrimiento de su gente.
Miles de hogares fueron destruidos y cientos de personas murieron por dos factores: impunidad de Israel y falta de protección a los palestinos, argumentó la líder, para quien el régimen sionista fue siempre exento de responsabilidad y sanciones por su actuar.
Este contexto incluso empeoró durante la administración de Donald Trump, a su juicio totalmente involucrado en pasos unilaterales e ilegales que destruyen los esfuerzos de paz.
Parece que hay una tendencia a resolver el problema de Palestina de una vez, pero dejándole Palestina a “Israel”, indicó la activista, y añadió que ahora Washington no solo asume el histórico rol de socio político y patrocinador de Israel, sino también de aliado en la ocupación.
En este sentido, Erekat mencionó la decisión de Trump de mover la embajada a Jerusalén y la reciente legitimización, por parte de su gobierno, de los asentamientos israelíes en la Cisjordania ocupada entre las muestras de un agravamiento de la política hostil de “Israel”.
Alrededor del 50,9 por ciento de la población palestina se halla hoy desplazada, señaló el diplomático, quien consideró que los palestinos viven un apartheid, incluso peor a aquel que oscureció la historia de Sudáfrica en la segunda mitad del siglo pasado.
No obstante, destacó el abrumador respaldo internacional en la votación en Naciones Unidas a favor del derecho del pueblo palestino a la autodeterminación.
Source: PL