La revista estadounidense Foreign Affairs publicó un número especial sobre “el fin del papel hegemónico global de EEUU”, subrayando la necesidad de poner fin a la hostilidad de Washington hacia Irán y volver a la diplomacia con Teherán.
Uno de los artículos de este nuevo número de la revista estadounidense es el titulado “El precio de la primacía: por qué EEUU no debe dominar el mundo”, de Stephen Wertheim. El artículo analiza el declive del poder hegemónico de los EEUU en el mundo. Wertheim es director asociado de Investigación y Planificación de Políticas en el Instituto Quincy de Gobernanza Responsable e investigador en el Instituto Arnold A. Saltzman afiliado a la Universidad de Columbia.
Él considera que EEUU debe poner fin a la política de “lucha contra el terrorismo” y la hostilidad hacia los países que no se someten a las directrices de EEUU y que no tienen otra razón para amenazar a EEUU que la posición hostil de Washington. Él toma el ejemplo de Corea del Norte. Washington debe dejar de lado la ilusión de que el régimen de Kim Jong-un optará por el desarme nuclear completo bajo presión externa. En cambio, EEUU debería tratar de normalizar las relaciones con Corea del Norte y restaurar la paz en la península de Corea.
Irán es otro enemigo que merece dejar de ser tal. EEUU debe poner fin a su rivalidad con Irán levantando las sanciones contra la República Islámica y volviendo al Plan de Acción Integral Conjunta. El acuerdo nuclear firmado por Washington y otras grandes potencias con Irán ha demostrado que no solo es posible la diplomacia con Irán, sino que la diplomacia es la forma más efectiva de resolver las tensiones bilaterales. Esta “sed de venganza”, que ahora parece ser la fuerza impulsora detrás de la política estadounidense hacia Irán en la administración Trump, no tiene ningún beneficio real para EEUU, señaló.
La política de Washington hacia otros países en Oriente Medio también debe adherirse a este principio: no hay amigos o enemigos permanentes. EEUU debe reducir el nivel de sus relaciones con socios como Arabia Saudí y dejarles claro que deben asumir la responsabilidad de su propia defensa. Washington debería cerrar casi todas sus bases militares en la región. EEUU debería dejar de jugar un papel partidista en disputas como la guerra en Yemen y el conflicto israelo-palestino. Si EEUU quiere ayudar a resolver estos conflictos, la forma más adecuada es optar por una diplomacia imparcial.
Las relaciones de EEUU con Rusia también necesitan ser revisadas. El próximo presidente estadounidense debería poner fin a las políticas antirrusas de Washington respetando los intereses vitales de Moscú; “EEUU debe dejar de fomentar la creación de estados hostiles en las cercanías de Rusia y alentar la participación de Moscú en las principales discusiones europeas sobre seguridad y diplomacia. Dado que estos objetivos también están de acuerdo con los intereses estadounidenses, Washington debería reducir las preocupaciones de Rusia deteniendo la expansión de la OTAN y rechazando la candidatura de Ucrania para entrar en la organización”.
Luego, EEUU debería, en consulta con sus aliados, comenzar un proceso de retirada de las tropas estadounidenses de Europa durante un período de 10 años. La mayoría de estas fuerzas deberían regresar a EEUU, aunque ciertas fuerzas de la Fuerza Aérea y la Marina estadounidenses pueden permanecer en suelo europeo con el acuerdo de los países anfitriones. Además, EEUU debería alentar a Rusia y Ucrania a concluir un acuerdo por el cual Rusia dejara de apoyar a los separatistas en el este de Ucrania y, a cambio, Ucrania y EEUU reconocerían a Crimea como parte del territorio ruso. Tal solución permitiría a EEUU levantar muchas de sus sanciones contra Rusia y proporcionar el terreno necesario para el desarrollo de las relaciones entre los dos países, concluye Wertheim.
Source: Press TV