En un análisis de las estrechas relaciones entre Irán y China, el grupo de expertos denominado “Consejo Atlántico” considera que la política de orientación hacia China es una elección estratégica que Irán ha hecho y que las políticas de EEUU han convertido en necesaria: “EEUU ha hecho todo lo posible para acercar a Irán a China y que esta relación se convierta en una ventaja para Pekín”.
El Consejo Atlántico aclara que, a diferencia de EEUU, China no interviene en los asuntos internos de Irán y ayuda a este país que “EEUU ha sancionado” dejando así la puerta abierta a Pekín: “En diciembre último, la Armada china organizó con los marinos iraníes y rusos tres días de ejercicios navales que consagraron la entrada del Ejército chino en Oriente Medio. Esto provocó la reacción inmediata de EEUU, que asesinó al general Soleimani. Nadie ha relacionado este asesinato con el temor de EEUU a que Irán le ofrezca a China una puerta de entrada a Oriente Medio. Pero ese miedo existe y está creciendo más”.
“Las relaciones bilaterales entre Irán y China han sido de importancia estratégica durante más de una década, y el coronavirus incluso parece haberlas fortalecido. La Covid-19 ofreció a EEUU una oportunidad increíble para contrarrestar a China en Irán y el Golfo Pérsico, pero esta oportunidad se perdió, ya que el presidente estadounidense se negó a levantar las sanciones anti-iraníes durante la pandemia de coronavirus, incluso cuando China ha enviado el vigésimo convoy de ayuda médica a Irán”.
“¿Trump cree que puede detener el surgimiento de China, su enemigo jurado, en el Golfo Pérsico de esta manera? El acercamiento comercial sino-iraní está adquiriendo un tinte cada vez más militar. El regreso de las sanciones anti-iraníes de Washington después de la retirada de EEUU del acuerdo del programa nuclear iraní ha reforzado esta tendencia. A pesar de la estrategia de presión máxima de Washington sobre Irán, el volumen de comercio entre Irán y China en 2019 alcanzó casi los 20.000 millones de dólares. Los dos países actúan de manera similar hacia las patrullas navales estadounidenses en el Mar de China y el Golfo Pérsico. Esta complementariedad económica y militar promete una alianza estratégica que cada parte usará cuando llegue el momento en contra de EEUU”.
A medida que se acerca el final del embargo a la venta de armas a Irán, esta perspectiva se vuelve aún más peligrosa para EEUU. Irán necesitaba aviones de combate hace algún tiempo y fue China quien suministró los cazas J-7 a Irán. Cuando los bancos europeos, bajo la presión de las sanciones de EEUU, no pudieron proporcionar los servicios necesarios a Irán fueron los bancos chinos quienes los reemplazaron para satisfacer las necesidades iraníes. En medio de la pandemia de coronavirus, los chinos continúan comprando petróleo iraní y ese dinero está en los bancos chinos. Además, Pekín continúa brindando a Teherán servicios y productos que los estadounidenses y europeos evitan entregar a los iraníes debido a las sanciones. Entonces, ¿cómo espera EEUU que Teherán “cambie su actitud” y “mire hacia Occidente”?”, señala el artículo.
El autor concluye: “Para Irán, China es una opción estratégica y, para China, también lo es Irán. Hay un frente anti-estadounidense que está a punto de formarse en el Golfo Pérsico y que involucra al eje Pekín-Teherán y Trump está haciendo todo lo posible para que esto suceda”.
Source: Press TV (traducido por el sitio de Al Manar en español)