La cancillería de la Autoridad Palestina (AP) condenó el lunes la demolición por fuerzas israelíes de unas 200 instalaciones en Jerusalén este por considerarla parte de un esquema de despojo, enfocado en cambiar la identidad de la ciudad santa.
Repudiamos en los términos más enérgicos la decisión del llamado Comité de Planificación y Construcción de “Israel” de demoler unas 200 instalaciones, lo cual significa que ese país quedará con el control de lo que fue la única zona industrial creada para nuestro pueblo, subrayó la declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de la AP.
Según la cancillería tales acciones concentradas fundamentalmente en el barrio de Wadi Al Yuz (Valle de las Nueces, en español) ocurren en momentos cuando las autoridades de Tel Aviv intensifican la construcción de varios espacios con fines fabriles para colonos judíos, como parte de un programa que calificó de colonial.
Existe una convergencia entre las órdenes de evacuación y derrumbe emitidas por el estado israelí y el plan de anexar partes de Cisjordania ocupada, advirtió el mensaje publicado por el portal del movimiento Fatah.
El nuevo gobierno de “Israel”, que estará encabezado por Benyamin Netanyahu hasta noviembre de 2021, anunció que julio es la fecha meta para impulsar los planes de anexión en dicho territorio, bajo la jurisdicción de la AP y en el que aspira a establecer su estado soberano, que abarque igualmente a la franja de Gaza y a Jerusalén oriental como la capital.
Pese al rechazo de organizaciones y numerosas voces de la comunidad internacional, el primer ministro ratificó que llevará a vías de hecho tal proyecto.
En medio de una cruzada diplomática para frenar la implementación de ese programa, el presidente de la AP, Mahmud Abbas, reprobó también cualquier otra acción en consonancia con el Acuerdo del Siglo presentado en enero pasado por el ocupante de la Casa Blanca, Donald Trump.
Ese controvertido acuerdo patrocinado por Trump concede a los palestinos una autonomía limitada dentro de una patria discontinua, deja en manos del régimen sionista el control del Valle del Jordán y declara a Jerusalén, reivindicada por ambas partes, como capital indivisible de “Israel”.
La AP exige apegarse a las propuestas de arreglo previas avaladas por la Organización de Naciones Unidas, las cuales tienen como denominador común la visión de dos estados con las fronteras anteriores a 1967.
Source: PL