El fundador de los Cascos Blancos en Siria admitió una malversación de fondos de la organización.
El periódico holandés De Volkskrant reveló el reconocimiento del fundador del grupo, el británico James Le Mesurier, un ex agente de inteligencia británico, de la malversación los fondos asignados, además de la existencia de unos salarios imaginarios de él, su esposa y un tercer responsable. La organización Cascos Blancos se ha ganado elogios de los países occidentales por su actividad en Siria, que consiste en difundir propaganda contra el gobierno sirio y sus aliados, a menudo imputándoles falsos ataques con armas químicas.
Una película documental “Netflix” sobre el grupo ganó un Premio de la Academia. “White Helmets” fue nominada dos veces para el Premio Nobel de la Paz. Hasta finales del año pasado, la Fundación Mayday en Amsterdam era la entidad usada por los gobiernos europeos para financiar a los Cascos Blancos. Los gobiernos occidentales donaron decenas de millones a través de la fundación. Holanda contribuyó con 12,5 millones de euros. El Ministerio de Asuntos Exteriores holandés finalizó el apoyo en 2018, poco antes de que Le Mesurier informara del fraude.
El fundador James Le Mesurier informó a los países donantes, incluida Holanda, sobre el fraude financiero y el abuso en noviembre del año pasado. En su carta, presentó su renuncia.
Tres días después, Le Misurier murió después de caerse desde su apartamento en Estambul, Turquía. La muerte del británico de 48 años fue noticia mundial. Las autoridades turcas suponen que se suicidó.
Los problemas en la fundación surgieron en noviembre de 2019, cuando un auditor holandés visitó la oficina de Fundación Mayday en Estambul. Recibos falsos revelaron la desaparición de 50.000 dólares. Le Mesurier admitió ante el auditor que se había apropiado el dinero, que estaba dedicado a los Cascos Blancos, él mismo.
La muerte de Le Mesurier incitó a los países donantes a investigar el caso y los gobiernos interesados quieren mantener esta investigación confidencial, según el nuevo director de la Fundación Mayday, Cor Vrieswijk.
El periódico holandés pudo acceder a un resumen de la investigación. Este afirma que no hay evidencia de malversación de fondos, pero señala que algunas de las mayores transacciones realizadas no se han podido verificar.
La firma de contabilidad SMK encontró otra serie de problemas en noviembre. Por un lado, Mayday no solo era una fundación holandesa sin fines de lucro, sino que también tenía sucursales comerciales en Turquía y Dubai. No había una junta de supervisión, lo que significaba que los administradores podían fijar sus propios salarios, que en algunos casos ascendían a 26.000 euros al mes.
Tales cifras están por encima del límite salarial aprobado para una organización subvencionada en Holanda. Además, Le Mesurier, su esposa, también una de los administradores, y un tercer administrador se pagaron bonificaciones en efectivo, además de sus salarios. Vrieswijk llama a los salarios “excesivos”. “Pero los países donantes sabían esto y habían dado su consentimiento”.
Hasta donde se sabe, los países donantes no han reportado errores financieros a sus parlamentos. Alemania y Gran Bretaña, los mayores donantes, se negaron a responder a las preguntas de la prensa.
Alemania ahora reclamará aproximadamente 50.000 euros a partir de mayo. Los Países Bajos no transferirán una donación prevista de más de 57.000 euros. Vrieswijk dice que la fundación será suspendida dentro de dos meses.
Source: De Volkskrant