El Consejo de Seguridad de la ONU rechazó el viernes 14 de agosto una resolución estadounidense para extender el embargo a la venta de armas contra Irán que expira en octubre, enfureciendo a EEUU, que denunció un “voto “imperdonable”.
El plan de Washington solo fue aprobado por dos países, incluyendo EEUU, dijo Indonesia, que actualmente preside el foro.
Otros dos, Rusia y China, votaron en contra y los once miembros restantes del Consejo se abstuvieron, entre ellos Francia, Reino Unido y Alemania, aliados europeos de EEUU.
Si el texto hubiera obtenido nueve votos favorables, Pekín y Moscú ciertamente lo habrían vetado, pero no fue necesario.
“EEUU nunca abandonará a sus amigos de la región que esperaban más del Consejo de Seguridad. Seguiremos trabajando para que el régimen terrorista teocrático no sea libre de comprar y vender armas que amenacen el corazón de Europa, Oriente Medio y más allá”, lamentó el jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, en un comunicado.
En realidad, el fracaso muestra el rechazo de la comunidad internacional a las políticas anti-iraníes de la administración Trump. Incluso los tres países europeos -Francia, Alemania y el Reino Unido- eran conscientes del intento estadounidense, que buscaba descarrilar el acuerdo nuclear de 2015, del que EEUU se retiró de forma unilateral.
Lo que inquieta a los estadounidenses es que Irán pueda adquirir aviones como los Su-35 o Su-57 rusos, que podrían interceptar y abatir los F-16 e incluso los F-22 estadounidenses, y que los armamentos iraníes puedan ser adquiridos por todos los estados y grupos que se oponen al hegemonismo estadounidense.
Irán ha desarrollado una exitosa industria militar incluso bajo las sanciones estadounidenses que cubre gran número de equipos militares sofisticados, que aseguran la seguridad no solo de Irán sino de toda la región. Irán ha lanzado recientemente a órbita su primer satélite militar, Nour-1, que ha entrado en funcionamiento en apoyo de las fuerzas armadas iraníes.
Source: Diversas