EEUU está adoptando una nueva táctica en el Líbano para imponer su control allí. Incluso si eso significa admitir a Hezbolá en el próximo gobierno.
Con su embajadora, Dorothy Shea, fue la política de una campaña abierta y total contra Hezbolá y su armamento, culpándolo de todos los males, incluyendo el colapso económico del país. Esfuerzo fallido.
A la diplomática, que enloqueció al criticar abiertamente a Hezbolá en una entrevista con un medio de comunicación en idioma árabe de un país del Golfo, se le pidió que respetara sus límites dictados por la Convención de Ginebra a raíz de una solicitud realizada por el bloque parlamentario de Hezbolá al gobierno libanés.
Ella se retractó y siguió un perfil bajo. Luego, ha tenido lugar la visita del subsecretario de Estado estadounidense para Oriente Medio, David Hale, al Líbano.
De regreso a su país, su discurso revela una disposición a convivir con Hezbolá a falta de haber logrado expulsarlo del gobierno. Los medios libaneses informaron que el presidente francés, Emmanuel Macron, persuadió a la administración Trump de que los medios utilizados en el Líbano para debilitar a Hezbolá habían tenido el efecto contrario al debilitar a sus aliados.
“EEUU ha podido lidiar con gobiernos libaneses anteriores que tenían ministros de Hezbolá. Estamos dispuestos a ayudar a un gobierno libanés capaz de llevar a cabo reformas en presencia de Hezbolá o en su ausencia”, dijo Hale el miércoles 19 de agosto mientras se negocia la formación de un nuevo gabinete ministerial tras la renuncia del de Hassan Diab.
Surfear sobre las exigencias de los manifestantes
Otra particularidad del lenguaje de Hale: para justificar la presión financiera de su país sobre el Líbano, navega sobre las demandas del movimiento de protesta del 17 de octubre de 2019, que culpa de la crisis económica a la clase política que ha gobernado Líbano durante las últimos tres décadas, acusándola de corrupción, mala gestión y enriquecimiento a expensas del pueblo libanés.
“No se otorgará ninguna ayuda económica internacional a favor de los líderes que se han enriquecido a expensas de la población”, amenazó Hale, pese a que la mayoría de estos líderes libaneses enriquecidos son los aliados más cercanos de su país en Beirut.
“Esta era se acabó. No hay más dinero para eso”, dijo el funcionario estadounidense, antes de pasar a decir que “ahora están en el fondo. Tarde o temprano, los líderes se darán cuenta de que ha llegado el momento del cambio”.
Refiriéndose a la “presión popular significativa que se acumulará contra ellos”, parece que Hale confía en las protestas populares para obtener lo que no pudo lograr mediante la presión directa.
Washington insiste en una demarcación de las fronteras marítimas con la entidad sionista y la toma de control de las fronteras terrestres con Siria, informan los medios libaneses. El primero en un esfuerzo por hacer concesiones a “Israel” en el campo petrolero, y el segundo en el de obstruir el paso de armas a Hezbolá y evitar los intentos libaneses de desafiar la Ley Ceaser en Siria, términos claramente inaceptables para el Líbano.
Durante su visita al Líbano, Hale evitó hablar sobre Hezbolá y sus armas, señalaron observadores libaneses. Según los informes, este archivo fue confiado a otro, David Schenker, el subsecretario de Estado de EEUU para Oriente Medio. Se espera que visite el Líbano a finales de este mes.
Source: Al Manar