Los esfuerzos del gobierno de EEUU para derrocar al gobierno venezolano a través de sanciones petroleras han dejado a Washington frente a un fracaso.
Más de un año de intentos de EEUU por derrocar al gobierno de Nicolás Maduro han quedado en nada. Peor aún para Washington, el peón estadounidense Juan Guaidó, el supuesto líder de la oposición, ha perdido cada vez más su popularidad.
Washington ha perdido toda oportunidad hasta diciembre de 2020, fecha de las elecciones parlamentarias, de cambiar el gobierno en este país latinoamericano. Todo esto, por otro lado, fortaleció la posición de los aliados de Venezuela.
Moscú tiene una larga historia de apoyo a Venezuela desde que el presidente venezolano Hugo Chávez llegó al poder y ha ayudado al gobierno de Maduro a eludir las sanciones estadounidenses al facilitar la venta del petróleo del país. China ha sido uno de los principales importadores de petróleo de Venezuela a pesar de las sanciones de EEUU. En cuanto a Irán, materializó lo que podría llamarse el entierro de las sanciones estadounidenses al lanzar el sistema de comercio sin dólares con Venezuela.
Volviendo a Rusia, recordemos que para contrarrestar la ineficacia de sus sanciones, los estadounidenses apuntaron a las compañías petroleras rusas. En respuesta a las sanciones, Rosneft vendió sus activos en Venezuela a una corporación estatal rusa. Esto ha puesto de relieve el desarrollo creciente de las relaciones entre Caracas y Moscú.
Los estrechos vínculos ruso-venezolanos han traído importantes ventajas geopolíticas para Rusia, incluida una mayor influencia en una región donde EEUU siempre ha tenido un control significativo, así como el acceso a las mayores reservas de petróleo del mundo. Los acontecimientos recientes en Venezuela muestran que esta relación será aún más estrecha.
Según Oil Price, Washington parece haber perdido el poder para derrocar al estado de Venezuela, y las duras sanciones han acercado a este país a Rusia, Irán y China y le han dado a estos últimos una mayor influencia en América Latina. Esto, además de fortalecer el poder geopolítico de Rusia, también fortalecerá su influencia sobre los precios del petróleo, aumentando su poder de negociación con la OPEP, aliada de Rusia desde 2016, para gestionar el mercado petrolero.
Source: Press TV