El plan que perfila hoy el próximo gobierno en el Líbano parece montado sobre demandas de la comunidad internacional para destrabar ayuda prometida y sacar al país de la peor crisis económica en décadas.
Los analistas consideran que, de implementarse reformas estructurales, fluirán donaciones y préstamos blandos de unos 11.000 millones de dólares aprobados en 2018 durante una conferencia en París.
Entre otras condiciones exigidas por los asistentes a esa cita, El Líbano requiere nombrar una autoridad nacional anticorrupción, reformar sus aduanas y aprobar una ley para reformar la contratación pública.
También que el Parlamento apruebe una ley crítica sobre control de capital, acompañada por una auditoría profunda en el Banco Central y modificaciones en el ineficiente sector energético.
Esa hoja de ruta que esbozó el presidente francés, Emmanuel Macron, en sus dos visitas al Líbano, incluye nombramientos en la Autoridad Reguladora Nacional de Electricidad, el Consejo Judicial Supremo y la Autoridad de Supervisión del Mercado Financiero.
Si se logran esos avances, Macron prometió que organizará en octubre venidero otra conferencia internacional de donantes a fin de recolectar fondos para la reconstrucción de Beirut.
El primer ministro designado Mustafá Adib acelera la formación de su equipo gubernamental con el objetivo de cumplir el plazo de instalarlo en dos semanas demandado por el presidente francés.
Caso contrario, Macron alertó de sanciones para quienes obstaculicen la promulgación de las reformas y anunció que volverá a El Líbano en diciembre con vistas a dar seguimiento al proceso.
Source: PL