El nuevo gobierno tunecino -del primer ministro, Hichem Mechichi- se sometió el martes al voto de confianza del Parlamento, mientras que centenares de ciudadanos se preparan para otra jornada de protestas callejeras.
Se prevé que la sesión de la Asamblea de Representantes del Pueblo (Legislativo) resulte tensa por las contradicciones de criterios entre los diputados seguidores de diversas líneas políticas, así como por la llamada a la dimisión del gobierno.
Pese a que las manifestaciones se prohibieron por las restricciones para contener la pandemia de la Covid-19, se prevé que cientos de personas acudan a las calles y desafíen a los antimotines,en respuesta al llamado de partidos y organizaciones de la sociedad civil, en rechazo a las políticas que agudizaron la crisis económica en el país.
Estas protestas, protagonizadas mayormente por grupos de jóvenes, ocurren desde hace meses, pero se tornaron violentas el pasado 14 de enero, cuando se aplicaron medidas más restrictivas coincidiendo con el décimo aniversario del derrocamiento del entonces presidente Zinedin el Abedin Ben Alí.
En los disturbios la policía arrestó a más de un millar de personas, pero tales demostraciones exacerbaron la tensión social, de por sí alta por la inflación, el aumento del paro y la corrupción, los mismos problemas que desencadenaron la revuelta en 2011, recordaron ahora los manifestantes.
El lunes este país norteafricano fue escenario de protesta, tras la muerte de un joven que resultó herido la semana pasada por agentes tunecinos durante las movilizaciones contra la crisis económica y el aumento del desempleo y de la pobreza.
Los principales incidentes ocurrieron en la localidad de Sbeitla, en la occidental provincia de Kasserine, donde falleció el joven Haikel Rachdi, quien se hallaba herido por el impacto de un proyectil de gas lacrimógeno en la cabeza.
Source: PL