El portavoz de las Fuerzas Armadas de Yemen, el general Yahya Sari, dijo el domingo (14 de febrero) que drones yemeníes atacaron el aeropuerto internacional de Abha de Arabia Saudí en respuesta a los ataques aéreos saudíes y al bloqueo de la coalición de la agresión liderada por Riad.
El aeropuerto saudí fue atacado por dos drones Sammad-2 y Sammad-3.
Seis años después de su estallido, la guerra en Yemen conlleva muchas lecciones estratégicas, militares y políticas, dice el sitio web del periódico panárabe Al Quds al Arabi.
“La guerra de Yemen parece estar en sus etapas finales debido a la mayor capacidad de los yemeníes para atacar territorio saudí, así como a la decisión de Washington de poner fin a su apoyo a la coalición de agresión saudí, pero antes de que termine, deberíamos aprender de ella. ¿Cómo ha podido un país rico con inmensos recursos militares no solo no ganar la guerra, sino ser incapaz de proteger su espacio aéreo y terrestre?”, señala el artículo.
Al Quds al Arabi continúa: “Los resultados de la guerra de Yemen son lo opuesto a lo que querían los saudíes, especialmente porque han quedado desacreditados ante los ojos de la población mundial por atacar a su vecino del Sur. Pero lo que preocupa a Riad es el creciente poder de los huzíes yemeníes. El presupuesto militar de Arabia Saudí creció a 70.000 millones de dólares en 2019, lo que lo ubica en el tercer lugar del mundo después de EEUU y China. En otras palabras, Arabia Saudí gasta casi el 10% de sus ingresos en el sector militar, mientras que un país como Francia gasta menos del 2%.
Sin embargo, la guerra de Yemen ha demostrado que incluso un presupuesto de 70.000 millones de dólares no funciona y eso es algo sin precedentes en la historia del poder militar mundial”.
¿Cómo puede ser ineficiente un presupuesto tan grande?
Al Quds al Arabi responde: “Las compras de armas de Riad se resaltan mucho en los medios. Sin embargo, el equipo militar disponible para los saudíes sigue siendo muy limitado y no refleja su notable presupuesto militar. Arabia Saudí carece de un sistema de defensa aérea eficaz y está luchando por mantener su suministro de armas después de que la Unión Europea y luego EEUU se negaran a venderle armas. Si bien el presupuesto militar de Arabia Saudí es mayor que el de todos los países árabes y africanos, sus capacidades militares son, no obstante, inferiores a las de Marruecos, Argelia o Egipto”.
Añadió: “Para protegerse contra los ataques con misiles y drones de los yemeníes, Riad llamó a expertos de EEUU, Reino Unido y Francia. El Pentágono fue más allá al enviar expertos a Arabia Saudí, pero no se ha logrado ningún éxito. Peor aún, los saudíes no sabían cómo usar las baterías de Patriot y EEUU se vio obligado a enviar otro equipo de expertos militares allí”.
Según Al Quds al Arabi, “la ineficacia de los Patriots, considerado uno de los sistemas de defensa aérea más sofisticados del mundo, contra los misiles balísticos yemeníes sigue siendo una gran sorpresa en la historia militar del mundo”.
Por su parte, el diario estadounidense The New York Times publicó un artículo el 5 de diciembre de 2017 sobre el fracaso de las baterías Patriot: “El hecho de que los Patriot no pudieron evitar que los misiles yemeníes llegaran al aeropuerto militar Rey Jalid es un evento de preocupación para la seguridad nacional de EEUU. Para destruir un solo misil yemení, se necesitan siete misiles Patriot. ¿Qué pasará si comienza una guerra entre Irán y Arabia Saudí o EEUU?”.
Al Quds al Arabi luego se detuvo en las cuatro lecciones que se pueden aprender de la guerra de Yemen:
En primer lugar, Mohammed bin Salman no pudo establecerse como el líder sunní del mundo árabe porque su guerra causó estragos en la comunidad sunní.
En segundo lugar, la guerra expuso la vulnerabilidad del sector militar saudí y demostró que Arabia Saudí no es tan poderosa como Irán y Pakistán o incluso Egipto y necesita a los estadounidenses, los británicos o los franceses para poder defenderse.
En tercer lugar, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos son reconocidos en todo el mundo como países que han cometido crímenes contra la humanidad.
Y en cuarto lugar, los misiles demostraron, una vez más, que pueden cambiar las ecuaciones en cualquier guerra y que el papel de los aviones de combate ya ha quedado restringido. Es por eso que la mayoría de los países del mundo buscan desarrollar sus capacidades balísticas para fortalecer su poder disuasorio.
Source: Al Quds al Arabi