El presidente de Egipto, Abdel Fattah el Sisi, ha amenazado a la vecina Etiopía con una posible guerra por una represa en disputa que este último país ha estado construyendo en el Río Nilo y que afecta una importante fuente de agua egipcia.
“Les digo a nuestros hermanos en Etiopía que no lleguemos al punto en que se toque una gota de agua de Egipto, porque todas las opciones están abiertas”, dijo Sisi el miércoles.
Pero también advirtió que la región ya había “presenciado el costo de cualquier enfrentamiento”, refiriéndose a conflictos regionales pasados.
Los comentarios se produjeron después de que la última ronda de conversaciones a tres bandas sobre la Gran Presa del Renacimiento de Etiopía (ERGE) terminó sin resultado en la capital de la República Democrática del Congo (RDC), Kinshasa, el martes.
El proyecto etíope afectaría tanto a Egipto como a Sudán, que estuvieron presentes en las conversaciones junto con Etiopía.
Sisi dijo que Egipto y Sudán se estaban coordinando sobre el tema, y enfatizó que “la cooperación y el acuerdo son mucho mejores que cualquier otra cosa”.
Egipto ya había dicho que las conversaciones de Kinshasa eran la última oportunidad de llegar a un acuerdo antes de que Etiopía comience a llenar la presa por segundo año consecutivo después de que comiencen las lluvias estacionales este verano.
La semana pasada, Sisi dijo que habría una “inestabilidad inconcebible en la región” si el suministro de agua de Egipto se ve afectado por la presa.
Durante aproximadamente la última década, Egipto, Etiopía y Sudán han estado en conversaciones para asegurar un acuerdo sobre problemas no resueltos relacionados con el impacto potencial de la presa de 4.600 millones de dólares en su seguridad hídrica.
Etiopía insiste en que el proyecto es vital para sus necesidades de electrificación y desarrollo.
Egipto, que depende del Nilo para aproximadamente el 97 por ciento de su riego y agua potable, teme que el llenado de la presa eventualmente desencadene una crisis de escasez de agua en caso de una sequía prolongada.
El gobierno egipcio afirma que si se necesitan cinco años para llenar la presa etíope, reducirá el suministro de agua de Egipto en un 36 por ciento y destruirá la mitad de las tierras agrícolas del país.
Sudán, el vecino del norte de Etiopía, también está preocupado por las posibles consecuencias de la construcción de la presa para sus propias represas, así como para la seguridad de su población y tierras agrícolas con respecto a las inundaciones que podrían resultar de fallos en la construcción o de las operaciones de la presa.
Source: Agencias