La CIA está perdiendo, de forma lenta pero segura, a muchos espías. En los últimos años, decenas de informantes de la CIA que habían sido entrenados para realizar operaciones estadounidenses en todo el mundo han sido arrestados, asesinados o convertidos en agentes dobles, según un informe del New York Times.
La información, enviada al gobierno por altos funcionarios de inteligencia de EEUU la semana pasada, contenía la cantidad exacta de recursos humanos detenidos o captados por servicios competidores, un secreto generalmente bien guardado.
El servicio de inteligencia de EEUU a menudo subestima la capacidad de contrainteligencia de las agencias extranjeras y se enfoca ingenuamente en reclutar sin prestar suficiente atención a los riesgos potenciales de tal acto.
Según un informe del diario británico The Times publicado en 2017, en los últimos años los informes revelan que China ha aumentado drásticamente su capacidad para detectar y desarticular las redes de espionaje estadounidenses. Al menos 12 sospechosos de espiar para EEUU han sido ejecutados en la horca por Pekín, según el informe del Times revelado en 2017, y muchos más han sido encarcelados.
Sin embargo, el informe del New York Times agrega que otros adversarios estadounidenses, incluidos Rusia, Irán y Pakistán, también han aumentado sus capacidades de contrainteligencia, en algunos casos convirtiendo a altos funcionarios de la CIA en agentes dobles. El informe no especifica cuántos informantes fueron así convertidos.
Otro revés que ha socavado los esfuerzos de la CIA, según el Times, es la infiltración de servicios de contrainteligencia de otros países en un sistema de comunicaciones destinado a diversificar las redes sociales en China e Irán.
Por ejemplo, en noviembre de 2019, el ex agente de la CIA Jerry Chun Shing Lee fue sentenciado a 19 años de prisión por declararse culpable de cometer actos de espionaje en este caso.
Los fiscales dijeron que agentes de inteligencia chinos pagaron más de 840.000 dólares durante tres años a partir de 2010 para obtener los nombres de agentes estadounidenses.
Hace unos meses, Monica Witt, ex oficial de inteligencia de la Fuerza Aérea, fue acusada de proporcionar información de alto secreto sobre seguridad nacional de EEUU al gobierno iraní.
Las autoridades estadounidenses, que la acusan de servir al Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica iraní, han emitido un aviso de búsqueda contra Witt.
Monica Elfriede Witt, cuyas fotos el FBI publicó en uniforme y con el pelo cubierto con un pañuelo en la cabeza, trabajó de 1997 a 2008 para el servicio de inteligencia de la Fuerza Aérea de EEUU. Hablando farsi, se dice que completó misiones en Iraq, Qatar y Arabia Saudí. Su papel consistió principalmente en interceptar, traducir y descifrar las conversaciones interceptadas.
En 2008, dejó el servicio activo y continuó trabajando como contratista durante más de dos años. Según la acusación del Departamento de Justicia, revelada el miércoles en conferencia de prensa, ella habría utilizado sus conocimientos y activado viejos contactos para brindar información al CGRI, la fuerza de élite todopoderosa de Irán. Según los informes, estos datos fueron transmitidos a cuatro piratas informáticos iraníes encargados de irrumpir en las computadoras de otros agentes estadounidenses, según medios franceses.
Witt, de 39 años, nacida en El Paso, Texas, fue vista en 2012 en una conferencia financiada por los pasdaranes, el otro nombre de la Guardia Revolucionaria, a la que asistió. A su regreso de Irán, el FBI supuestamente le advirtió que Irán ciertamente intentaría acercarse a ella. Y, según una fuente del New York Times, entonces habría jurado que no diría nada sobre el trabajo que había hecho para la Fuerza Aérea de EEUU.
Al mes siguiente, entró en contacto con una misteriosa “Persona A”, titular de un pasaporte estadounidense y otro iraní, que había ido a hacer una película a EEUU. En el verano de 2013, en una intensa correspondencia con “A”, Monica le agradeció en particular por “brindarle la oportunidad” de utilizar su entrenamiento militar “para fines buenos y no malos”.
Después de dudar en viajar a Rusia, como Edward Snowden, y mientras ella estaba en Afganistán enseñando inglés, según los informes, recibió el dinero de las autoridades iraníes para tomar un billete de avión a Dubai, donde la esperaban en la Embajada iraní. El 28 de agosto, desde Tayikistán, le escribió a “A”: “¡Me voy! Llego a casa !”.
Source: Press TV