En una gira diplomática por África, el presidente turco, Recep Tayyib Erdogan, busca fortalecer las posiciones de Ankara en el continente. La estrategia turca trastorna los equilibrios geoestratégicos preexistentes, con el riesgo de generar nuevas tensiones.
“Las actividades que realiza Turquía en África son conocidas por todos, con toda su transparencia”, defendió el 17 de octubre Erdogan desde Angola, primera parada de una gira africana, que luego lo llevará a Togo y Nigeria.
“Estamos profundizando nuestras relaciones con el continente africano sobre los principios de beneficio mutuo, respeto mutuo y solidaridad”, agregó el presidente turco.
Turquía “quisiera mostrar que otros tipos de relaciones (con África) son posibles e incluso deseables”, explicó el geopolitólogo Loup Viallet, especialista en el continente africano, a Sputnik.
Durante dos décadas, Ankara ha extendido silenciosamente su influencia en África. Desde 2003, el volumen de comercio con el continente se ha quintuplicado, pasando de 4.000 a 26.000 millones de dólares. Al mismo tiempo, el número de embajadas en el continente ha aumentado de 12 a 43.
Esta presencia turca, sin embargo, se suma a la influencia de las antiguas potencias coloniales occidentales … y al surgimiento de nuevos actores. De hecho, China y Rusia son cada vez más activos en el continente. Así, la incorporación de Turquía a un cóctel ya volátil “confunde cada vez más la situación” y “el terreno africano cada vez es más conflictivo”, advierte el autor.
Source: Sputnik