Según medios israelíes tras dos años de oposición del gobierno local de Eritrea a la entrada del embajador israelí en Asmara, la capital de Eritrea, el Ministerio israelí de Asuntos Exteriores se vio obligado a aceptar el cierre de la embajada israelí en Eritrea.
El último embajador del régimen sionista abandonó Eritrea en octubre de 2018, y desde entonces no ha habido ningún embajador de este régimen en Asmara.
El pasado mes de julio, el régimen sionista nombró a Ismail Khalidi como embajador en Eritrea, pero el gobierno eritreo se opuso a esta decisión.
De vez en cuando, el ministerio enviaba a un funcionario temporal a la embajada. Hasta abril de 2020, el jefe de seguridad de la embajada era el único representante israelí en Eritrea y su esposa era responsable del trabajo administrativo.
Según los observadores, la hostilidad de Samara hacia la entidad sionista se remonta a los años sesenta del siglo pasado, debido a su apoyo a Etiopía, a la que había asistido ampliamente para contrarrestar la lucha por la independencia de los eritreos.
Los sionistas intentaron durante todo el verano de 2021 sembrar la discordia entre Eritrea y Etiopía, mediante la interposición de los rebeldes del Tigré, y empujar a los dos países a iniciar una guerra.
Pero su sorpresa fue total cuando vieron a Eritrea y Etiopía unirse contra una amenaza que, según los planes de EEUU y Occidente, habría resultado en un conflicto en toda la región que llevaría a sus países, que disfrutan de buenas relaciones con Rusia y China, a la quiebra, mientras crearía un círculo de violencia sin fin.
El cierre de la embajada sionista tendrá un efecto sobre la situación ya más o menos debilitada de “Israel” en Etiopía por su implicación en el tráfico de armas en beneficio de los rebeldes del Tigré.
Todo esto no ha escapado a Eritrea y Etiopía, sobre todo porque este tipo de provocaciones y acciones sirven a los intereses de las partes que desean dañar a los estados soberanos del Este África y el Cuerno de África e interferir en sus decisiones estatales, como la de expandir las relaciones con las potencias del Este.
Desde el inicio del conflicto de Tigré, Washington no ha dejado de presionar a Addis Abeba y Asmara para que retiren sus tropas militares de la región. Por su parte y a pesar de las presiones, el vecino eritreo ha decidido apoyar a Addis Abeba para asegurar la región.
Este cierre de la embajada israelí en Eritrea es sólo el comienzo de una resistencia en el Cuerno de África contra un eje usurpador que vive un declive, no sólo en esta región de África, sino en todo el continente.
Source: Press TV