En el tercer día de la guerra de 2006 (14 de julio), Hezbolá disparó un misil antibuque desde tierra contra un barco de guerra israelí frente a la costa de Beirut.
El ataque, que infligió grandes daños al destructor Saar V, supuso un punto de inflexión en el curso de la guerra.
El golpe estratégico a la armada sionista conmocionó al Comando en Tel Aviv y preparó al enemigo para la gran derrota.
El ataque militar estuvo acompañado de un golpe mediático y psicológico asestado por el líder de la Resistencia, Sayyed Hasan Nasralá, quien anunció a través de Al-Manar TV el logro y advirtió que los misiles de Hezbolá atacarían la ciudad palestina ocupada de Haifa y lo que está más allá.
Sayyed Nasralá y todos los combatientes de Hezbolá defendieron el Líbano contra la agresión terrorista israelí y salieron victoriosos.
Del mismo modo, ante la escalada que se está produciendo en la batalla marítima entre el Líbano y la entidad sionista, Hezbolá y su mando decidieron recurrir a la escalada del poder militar para hacer frente a la vulneración de los derechos del Líbano por parte de los sionistas.
Sayyed Nasralá advirtió el miércoles al enemigo israelí y a EEUU que si se impide que el Líbano extraiga sus recursos marítimos, ninguno podrá extraer o vender gas y petróleo.
En un discurso televisado, Sayyed Nasralá indicó que las fuerzas militares de Hezbolá están monitoreando todas las plataformas sionistas en la costa palestina ocupada, y agregó que la Resistencia puede recurrir a capacidades terrestres, marítimas o aéreas para atacar al enemigo y asegurar los derechos del Líbano.
Según Sayyed Nasralá, la nueva ecuación es “Karish, lo que está más allá de Karish y lo que está mucho más allá de Karish”.
Por lo tanto, el poder militar de Hezbolá ha estado escribiendo la larga historia de victorias del Líbano, que constituyen un ejemplo para las naciones y aseguran su prosperidad en todos los niveles.
Source: Mohammad Salami – Al Manar